▪️17▪️

2.6K 260 57
                                    

---------------

Escuchar como el motor de la camioneta se apaga, me hace sentir una frisa helada recorrer todo mi ser y  al mismo tiempo oír  el rechinar de las puertas al abrirse, eriza hasta el último vello de mi cuerpo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Escuchar como el motor de la camioneta se apaga, me hace sentir una frisa helada recorrer todo mi ser y al mismo tiempo oír el rechinar de las puertas al abrirse, eriza hasta el último vello de mi cuerpo.

Varios pasos se acercan nosotros y de repente alguien le da un golpe a la camioneta.

-¡¿Dónde está?! – grita Daiki.

-N... no... no lo sé señor – tartamudea un hombre.

Escucho otro golpe y al instante el sonido de un cuerpo caer sobre el suelo.

-¡Idiotas!- suelta un grito- ¡son unos inútiles!, ¡no pueden hacer nada bien!, ¡ni saben amarrar un estúpido cadáver!- da el segundo golpe a la camioneta.

-Seño...

-¡No quiero escuchar sus estúpidas excusas!, ¡vayan busquen el maldito cadáver!, ¡antes de que alguien lo encuentre y lo reporté!- se puede sentir la desesperación y furia en su tono de voz.

-¿Cuántos de nosotros vamos?- pregunta el mismo hombre que antes estaba tartamudeando.

-¡Los tres!- le contesta de un grito.

-¿En la camioneta?- vuelve a preguntar.

-¡No!, ¡se van a ir caminando!, ¡para que aprendan hacer algo bien!- ordena.

-Pero el camino es largo señor.

-¿Acaso crees que me importa eso?- pregunta con un tono de voz más "calmado"-¡váyanse antes de que les dispare!- dice, se escucha como los tres hombres salen corriendo y Daiki suelta un suspiro junto con otro golpe en la camioneta.

-Parece que todos los que trabajan para ti son unos completos imbéciles- reconozco la voz de Irem.

-Sí, y tú no te salvas, eres igual de inútil que ellos- responde Daiki y escucho los pasos de otras personas acercarse a nosotros- llévenlos, atenlos a las sillas y tírenles agua fría para que despierten- ordena, siento como dos brazos me rodean y me alzan tan fácil, como si yo fuera una delicada y ligera pluma.

Nos llevan tranquilamente entre sus brazos a algun lugar.

-Este chico no pesa nada- comenta uno de los hombres que nos carga.

-¿Y?- dice el que me lleva.

-Solo digo, que amargado eres- comenta,  molesto por la actitud de su compañero.

Siguen caminando, hasta dejarnos sentados en unas sillas, nos atan a ellas con una gran fuerza, retiran el trapo de nuestras bocas y como les ordeno Daiki toman unos cubos con agua helada y nos la tiran directamente a la cara.

Abro los ojos, sintiendo la horrible  sensación de ahogo que me causa el agua. Tomó una gran bocanada de aire y levanto la mirada para así ver a un alto y moreno hombre, con cicatrices en su rostro, tatuajes en los brazos y con una oscura mirada que me hiela la sangre.

𝐂𝐀𝐋𝐋 𝐌𝐄 𝐂𝐑𝐀𝐙𝐘! // 𝐍𝐚𝐧𝐧𝐨 𝐲 𝐭𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora