Realizar un viaje de intercambio a Tailandia parecía la idea perfecta, hasta que conoces a la "chica nueva". Ella te mostrara que tan enfermo está el ser humano y a medida que pasa el tiempo te darás cuenta que entre las dos hay algo más que una ami...
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-¿Cómo te sientes?- le pregunto mientras limpio unas gotas de sudor sobre su frente.
-Ya te dije que estoy bien- responde algo molesto, toma mi muñeca con fuerza y la aleja de su frente.
-¿Por qué no llamas a tus padres?
-Porque estoy enojado contigo- arqueo una ceja- yo si quería la recompensa- ruedo los ojos al escuchar eso.
-Es mejor así, apenas la conocimos hace unos días, quien sabe qué tipo de problemas mentales tendrá.
-Pero, tu y yo no llevamos ni una semana hablando y míranos, ahora estoy en tu casa, conversando como si fuéramos amigos de toda la vida- toma una dona con su mano izquierda y le da una pequeña mordida.
-No es lo mismo.
-Pero enserio necesito la recompensa- insiste.
-Entonces ayúdale tu solo, si tanto la necesitas- me levanto del sofá para irme pero la mano de Michael me detiene.
-Me da miedo hacerlo solo.
-Bueno, si te da miedo, no lo hagas y punto- me zafo de su agarre y camino hacia la cocina.
-Pero, tu eres fuerte, necesito a alguien fuerte para hacerlo – le escucho decir eso desde la cocina- y también... hace mucho no tengo una amiga, y me da miedo que tal vez nos distanciemos si solo yo tomo la recompensa- dice intentado sonar triste.
-No va ser servir ese discurso barato- le respondo y escucho sus pasos viniendo hacia mí.
Sigue insistiendo por un buen rato y termina de comer su dona, lavo algunos platos, mientras el solo me mira en silencio, luego de unos minutos, se escucha en la sala como suena mi celular, Michael sale corriendo para contestar y voy detrás de él, me lanzo sobre el sofá para llegar más rápido, pero el de ojos verdes me gana.
-¡Es Nanno!- grita emocionado.
¿Cómo consiguió mi numero?, pienso, esto es demasiado raro.
-¡Que!, no contestes- le digo, pero es muy tarde para decir eso.
-Hola Nanno- la saluda mientras daba pequeño saltitos.
-Por lo menos colócalo para que yo pueda escuchar lo que ella dice- Michael me hace caso y escucho la voz de Nanno.
-Hola Michael, ¿aun estas sangrando?
-No, ya estoy mejor.
-Qué bueno, los llamaba porque quería hablar con ustedes dos- escuchar eso me enfurece así que interrumpo su conversación.
-Pues los dos no quer...
-Los espero en el restaurante que queda enfrente de tu casa mi querida ____ , adiós- dice antes de colgar la llamada.
