Realizar un viaje de intercambio a Tailandia parecía la idea perfecta, hasta que conoces a la "chica nueva". Ella te mostrara que tan enfermo está el ser humano y a medida que pasa el tiempo te darás cuenta que entre las dos hay algo más que una ami...
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Todas clases del dia han terminado, fueron la típicas presentaciones de los maestros y aburridas explicaciónes sobre sus materias. Ahora estamos saliendo del colegio y Michael no para de hablar sobre la chica que estaba a nuestro lado en el salón. Evie, es el nombre de ella que a diferencia de Michael, es demasiado tímida y callada, tanto que parecía intimidada por la personalidad extrovertida de Michael, pero según él, estaba nerviosa porque no podía creer que un chico tan lindo le hablara.
-Seguro que quiere ser mi novia- dice coqueto, yo ruedo los ojos y suelto una risa.
-¡Seguro!- contesto irónicamente.
-No te rías, no es un chiste, es claro que le gusto- habla y se acomoda el cabello.
-¡Claro!- vuelvo a contestar con sarcasmo, el frunce el ceño y después relaja su rostro para reírse.
Caminamos hasta encontrarnos con Nanno, que está sentada en una banca al lado de dos bicicletas, me despido de Michael y me acerco a ella.
-Hola- la saludo.
No soy capaz de mirarla a los ojos, mis manos estan sudorosas, y mi ritmo cardiaco esta aumentando. Me gustaria lanzarme sobre ella para abrazarla y que ella me "tranquilice", pero los nervios que estan recorriendo mi cuerpo me lo impiden.
-Hola- saluda ella, coloca su mano en mi mentón, para subir mi mirada y verla directamente.
Sonríe y pone sus labios sobre los míos, para comenzar un beso dulce y tierno, paso mi mano por su espalda y ella me toma por la cintura. Nos separamos por falta de aire y me lanzo sobre ella, para darle un abrazo , ella juega con mi cabello mientras deja cortos y amorosos besos en mi frente.
-Te extrañé- suelto por fin.
-Yo también ______- dice, separando su cuerpo del mío- ¡mira!, traje unas bicicletas, creo que será lindo andar en ellas, ¿quieres subirte?- se puede percibir la emoción en su manera de hablar, con una sonrisa le contesto que sí y nos subimos en ellas.
Saca de su maletín unos audífonos bluetooth, me pasa uno y ella se coloca el otro, deja el maletín sobre la canasta de la bicicleta, y con su celular reproduce una canción, que no reconozco en ningun momento, pero tiene un bonito ritmo.
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