La Otra Cara de Asmodeo © +21

21 "DÍA DEL TERROR"

Era un día miércoles por la mañana cuando el ambiente en toda Rusia estaba tenso, las personas tenían ciertas supersticiones acerca de que algo malo sucederá.

Las familias comenzaron a encerrarse en sus casa por si acaso, era como si se aproximará un tornado, ya que las personas comenzaron a comprar provisiones ya que no sabían si es que habría una guerra o algo por el estilo.

-el día a estado sumamente extraño- le dijo Alice a Yelena mientras veían la televisión.

-si, yo también lo noté.

Cuando los relojes de todo el país Marcó las doce p.m. una alerta apareció en las televisiones, deteniendo todas las programaciones de todos los canales.

Primero se escuchó una alarma, pero luego en las pantallas de la televisión apareció una canción, pero no cualquier canción, si no que una en dónde la letra hablá en contra del estado y la mafias.
La imagen del vídeo eran cosas bizarras las cuáles eran difíciles de entender el significado y la relación que tenía con la letra de la canción, pero por más que uno veía el vídeo, más se entendía el significado.

De pronto se apagó la televisión y se escuchó una alarma la cual su significado era «estado de alerta. Guerra contra cualquier enemigo».

-aleksei, tú y tu grupo hackeen las conversaciones del comando militar- anunció Yelena.

-¡si jefa!

-Dima, vé hacía los distritos más pobres y ayuda a las personas que no tienen como resguardarse, ya sean familias completas o cualquier otra persona, elije a veinte hombres para que te acompañen y cuando lleguen aquí los llevan hacía los recintos subterráneos.

-como usted ordene- Dima salió rápidamente para cumplir las órdenes.

-para los demás, quiero que organizen todo y procuren aumentar la seguridad.

Los guardaespaldas exclamaron un «a sus órdenes» y se retiraron.

Yelena tuvo la mirada perdida por un instante y luego un nudo se le formó en el estómago.

«Ágata» pensó.

Agarró una mochila y guardó todo lo necesario para ir donde se encontraba su hermana.

-Yelena no puedes salir, es muy peligroso- Mijaíl intento convencerla.

-Mijaíl no seas paranoico, además tengo algo muy importante que hacer... Y antes de que digas algo, iré sola.

-pero...- lo interrumpió.

-pero nada, te prometo que te avisaré cualquier cosa.

Mijaíl aceptó regañadientes y observó la imagen de Yelena desapareciendo por la puerta principal.

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Yelena se fue caminando ya que está situación a sucedido en otras ocasiones por lo tanto tiene experiencia.

Las personas no le temían al gobierno, le temían a las fuerzas especiales corruptas, que se aprovechan de estás situaciones de caos para matar y torturar gente por "incitar un estallido social".

El sendero que Yelena tomó, para llegar a la casa en dónde se encuentra Ágata, estaba iluminado por pequeñas farolas que a penas se lograban ver. A lo lejos se escuchaban gritos los cuales a los pocos segundos desaparecían provocando un silencio absoluto a excepción del sónido de las pisadas que las botas de Yelena causaban al tocar el camino de tierra.

Cuándo llegó a la casa saco una navaja que tenía guardada.

-¡Ágata!- la llamó.

Por una de las puertas que dirijia hacía el comedor, Ágata asomó su cabeza mirando con cautela hacía la entrada.