La Otra Cara de Asmodeo © +21

19 "AZAEL"

Por las calles de París deambulaba un joven lleno de golpes y con heridas de gravedad, en su espalda baja reposaba una sig-sauer p220 la cual contenía tan solo tres balas "las justas y necesarias" para él.

El dolor de sus heridas era grande pero no tanto como el dolor y la desepcion que causó la mujer de la cual se había enamorado, quizás suena tonto, enamorarse de una mujer tan rápidamente, pero realmente esa mujer le robó el aliento y lo hizo suspirar cada vez que la veía.

«Maldito sea el día en que te conocí» pensó.

–esa mujer es el diablo vestido de ángel, creó en mi vida un Inframundo del cual no podré librarme– se dijo a sí mismo, maldiciendose.

El dolor en su alma era más fuerte que el de su cuerpo, se sentía traicionado y melancólico, para su mala fortuna su único consuelo era ver el rostro de aquella mujer cada vez que cerraba los ojos.
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Pasaron unos meses y el joven a causa de unas buenas y malas decisiones, se hizo miembro de una de las más peligrosas mafias, la mafia francesa.

–¡Azael!– lo llamó uno de sus colegas.

–¿que sucede?

–nos informaron que la bratva le declaró la guerra a los italianos.

–perfecto, espero que hagamos una alianza con su jefe.

–querrás decir jefa.

En ese entonces azael recordó el suceso en Inglaterra, y la declaración que dió Carlos acerca de que la jefa de la bratva era nada más  y nada menos que Yelena bogdanova, SU Yelena.

–si se me había olvidado.

–¿y que planeas hacer?

–los italianos de seguro querrán venganza, por lo cual intentarán atacar a la bratva– Azael se quedó pensando. –quiero que investiguen cuando plantearán atacar a la bratva, para que nosotros vallamos a ayudarle y crear un pacto de amistad con Rusia.

–pero... ¿Tu crees que ellos lograrán atacar a la bratva? Es decir, la bratva es la mafia más temida y con la mayor cantidad de armamentos militares y armas no registradas por el FBI.

–solo se que serán lo suficiente idiotas para atacar en un día donde la bratva bajará la guardia– dijo haciendo comillas con sus dedos. –a lo más matarán unos cuantos guardías y a alguien que esté cerca de la jefa de la bratva.

–¿crees que ella resulté herida?

–lo dudó, esa mujer debe tener algun pacto con el diablo– hizo una pausa. –segun su escaso expediente que tengo con ella, ninguna bala a logrado tocar su cuerpo.

–yo creo que ella es el diablo.

Azael solo asintió y le permitió a su mente divagar entre los recuerdos que tenía con Yelena, jamás llegó a creer que una mujer tan dulce como ella pudo llegar a ser un demonio.

«Pero creo esa es solo su otra faceta» pensó.

–bueno, quiero que comienzen con la investigación.

–como tú digas.

Azael no dejaba de pensar en su amada Yelena, ya que aunque una parte de su corazón la odiaba la otra parte aún la amaba y ansiaba probar su cuerpo una vez más, aunque sea probar sus dulces labios.
El la necesitaba, puede que el tuviera resentimiento hacia ella, pero su corazón demandaba otra cosa.

Su mente solo reclamaba el recuerdo de ella, sus caricias, sus besos y su aroma el cual lo hacía estar en las nubes.

Yelena, ese nombre resonaba en su mente y su corazón a cada instante, a veces le tiene resentimiento pero al oír ese nombre solo desea volver a verla.
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