Mi imagen en el espejo me hacía sentir emocionada por la sorpresa que me tenía Mijaíl.
Un vestido de seda color perla con detalles de encaje, se ajustaba perfectamente a mí cuerpo, destacando el corte en v mostrando gran parte de mis senos.
Mire la hora dándome cuenta de que eran las nueve cuarenta de la noche.
Suspiré lentamente antes de tomar el pomo de la puerta y salir de mi habitación.
Me constó un par de segundos en poder abrir la puerta, los nervios me consumían.
Con el corazón en la mano y los nervios a flor de piel me encaminé por el gran pasillo de la mansión, mirando cada detalle de esté.
El color blanco con Lineros toques dorados y negros resaltaban los pilares que se encontraban en el pasillo.Caminé a paso cauteloso en direccio al ala oeste de la mansión escuchando el sonido de mis tacones y el sonido de las aves que se posan en los árboles.
Cuando llegue a mi destino, mi vista se posó en ese hombre que tanto amo, con un traje elegante y en la iluminación que tenía la terraza gracias a las velas y en el suelo había una cierta decoración con pétalos de rosas rojas.
–esto es bellísimo– murmuré observando cada detalle.
–me alegra que te guste– me tomó la mano y la besó. –esto es para ti– dijo dándome una rosa roja.
–gracias es mi favorita– mi corazón latía rápido y mis piernas temblaban.
–esa rosa te representa a ti, una mujer bella e imposible dejar de observar, una mujer que resalta entre las otras flores, pero que no necesita ser de alguien, una mujer que apesar de ser bella, tiene espinas para defenderse– tomó aire y se mordió el labio con nerviosismo.
–pero apesar de esas espinas me diste una probada de los bellos sentimientos que puedes llegar a tener, eres la mujer más valiente que he conocido, has sufrido tanto y aún así estás con la cabeza bien en alto.
Yo acerque mi mano hacia su rostro y le acaricie la mejilla.
–Yelena Narkissa bogdanova, eres la flor por la que soy capaz de dejar que en mi corazón se entierren esas espinas, eres la mujer de mi vida y de mis sueños– se metió una mano al bolsillo y se hinco frente a mí.
–quizas no soy un hombre con dinero o alguien que te haga vivir como una princesa, pero soy un pobre guardaespaldas que te trataría cada día de nuestras vidas como una reina, porque tú eres y siempre serás mi reina– abrió una cajita de terciopelo mostrando un anillo el cual resaltaba una rosa de diamante.
–mi Reina ¿me harías el honor de casarte conmigo?– para este punto unas cuantas lagrimas se hicieron presente.
–acepto ser la esposa de éste guardaespaldas que tanto amo– de sus ojos brotaban lagrimas, rápidamente me puso el anillo y se levantó para comenzar a darme un beso lento y apasionado.
Aunque mis lágrimas eran pocas, cada una reflejaba la felicidad que tenía en ese momento.
–te amo mi vida.
–yo más– respondi con la voz algo cortada.
En ese momento mandé a la mierda mis pensamientos y tan solo me deje llevar por el corazón, aunque el sentimiento de de mi conciencia me martillaba a cada instante.
_________________________________________Estuvimos observando la vista por unos cuantos minutos, hasta qué decidimos irnos a la habitación.
Durante el camino nos íbamos dándonos besos tal cual como si fuéramos unos adolescentes.
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La Otra Cara de Asmodeo © +21
Storie d'amore(en edicion, probablemente tenga errores ortográficos) LIBRO I DE LA TRILOGÍA "SANTA DEMONIA" Yelena, primera mujer que logró ser la jefa de la bratva, y la mujer más conocida y temida de todo el mundo. su inteligencia la ayudara a cumplir sus met...