Luego de un año su Alfa despierta del coma, Gun se prepara para que este lo encuentre a él y a su cachorro.
➥ Está historia es solo una adaptación todos los derechos son para la autora @kookminssi_
➥ Si no te gustan este tipo de historias no la lea...
• ☕️Atthaphan Phunsawat • ☕️Castaño • ☕️24 años • ☕️Omega
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• ☕️Jumpol Adulkittiporn • ☕️Pelinegro • ☕️26 años • ☕️Alfa
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—Estoy en casa.
Gun tiró su mochila en el piso antes de correr escaleras arriba hasta su habitación en donde seguramente estaba su madre.
Su Omega ronroneaba al oler el aroma a miel que desprendía su bebé. En cuanto oyó un llanto supo que Chimon también lo había olido. Abrió la puerta rápidamente siendo recibido por una sonrisa de su madre.
—Hola, mi niño —besó su mejilla con cariño. —Es hora de ser un padre responsable.
Gun rodó los ojos con una sonrisa cuando su madre salió de la habitación dándole espacio para estar con su hijo luego de algunas horas sin verlo. Lo observó moviendo sus piernitas en el aire mientras lloraba anhelando el contacto de su padre.
Los pechos de Gun habían dolido toda la mañana durante sus clases e incluso tuvo que ir al baño de la Universidad para cambiarse del top ajustado que llevaba por dentro de la camiseta ya que este se estaba empapando de a poco de leche. Finalmente se despojó de la parte de arriba de su vestimenta, se acostó en la cama de costado atrayendo a su pequeño hacía su pecho, sintió un alivio muy grande cuando este empezó a succionar. Gun no quería imaginarse como serían los cinco meses que duraba su último semestre de la Universidad. Apenas era el primer día y su Omega lloraba lastimero al no tener a su cachorro cerca.
Su corazón se estrujó cuando los ojitos lagrimosos de su hijo lo miraron atento. El Omega peinó con sus dedos el cabello de Chimon, hizo un puchero al notar por trillonésima vez el parecido tan grande que tenía con su padre. Sin notarlo sus ojos también se cristalizaron cuando las memorias atacaron su corazón y su mente.
—Estoy seguro que papá también te amaría como yo —sonrió al ver como su cachorro no desprendía la mirada de su rostro. —Eres tan precioso como él.
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Un Año Atrás
Gun mantenía una mano en su vientre muy asustado. Había recibido una llamada por parte de Mild, su cuñada, apresurándolo para que vaya al hospital ya que Off se encontraba internado debido a un fuerte accidente que el Alfa había tenido.
Manejó el auto que Off había comprado hace poco para Gun cuando él no estuviera en casa. Trató de relajar su cuerpo y poner todas sus energías en el lazo para sentir las emociones que Off le transmitía. Pero eso lo hizo poner aun más nervioso, porque era eso, Gun no sentía nada.
Bruscamente secó las lágrimas de su rostro con la manga de su abrigo. Off tenía que estar bien. Sintió las patadas fuertes de su cachorro dentro de su vientre y gruñó frustrado, no era el momento para las rabietas de su hijo. Su padre se encontraba en el hospital.
Con todo el cuidado que pudo estacionó el auto, se bajó y con pasos rápidos se adentró al hospital. No podía correr ya que su vientre de seis meses era pesado, y con lo torpe que eran sus piernas seguramente al bajar del auto ya estaría besando el suelo.
Volvió a revisar el celular en donde Mild le indicaba el piso en donde se encontraban todos los familiares de Off. Gun respiró hondo antes de enfrentarse a ellos, sabía de memoria que la única que simpatizaba con él era Mild y en este momento no podía refugiarse en los brazos de su Alfa.
—Buenas noches —con voz muy bajita pronunció esas palabras.
—¿Qué hace este aquí? —la Alfa se acercaba peligrosamente a él.
Gun puso una mano protectora en su vientre, las pataditas de su cachorro le recordaba que no debía sentir miedo porque tenía que protegerlo, estaba listo para gruñirle a la Alfa cuando el padre de Off se interpuso.
—Cariño, no ahora —silencio, Omega.
El Omega agachó su cabeza sin decir una palabra y Gun sintió pena por él. La madre de Off lo miraba con rabia en sus ojos. Y él aun no lograba comprender por qué, nunca hizo algo en contra de ella, o se porto de mala manera para que la Alfa y el Omega lo odiaran tanto.
—Madre, basta. Gun es el Omega de Off, es obvio que tiene que estar aquí por su Alfa —Mild rodeó a Gun por los hombros llevándolo lejos. Ambos se sentaron en las bancas de espera, Gun aun no sabía nada de su Alfa y eso empezaba a desesperarlo.
—Mild... ¿Cómo está Off?
—No sabemos. Los doctores no han salido del quirófano.
Quirófano. Su Omega aullaba y rasgaba dentro de su pecho haciendo que su corazón de encogiera de dolor y necesidad. La marca en su cuello picaba, esa misma mañana Off había reabierto la herida y Gun solo quería su sentir su lengua sobre la marca.
—Gun... el lazo, ¿El lazo no te dice nada? ¿Qué sientes?
—No... —su voz se quebró, se cubrió el rostro con sus manitos sollozando. —No siento nada, Mild.
Dos horas pasaron para que pudiera tener noticias de Off, dos horas en las que Gun lloraba en silencio tocando su vientre abultado y susurrando de vez en cuando palabras para su cachorro que se notaba muy inquieto esa noche. Nadie se acercaba a preguntarle por su estado, aun sabiendo que era el Omega de Off.
—Familiares de Jumpol Adulkittiporn.
Todos se reunieron con el médico que salía del quirófano, Gun con esfuerzo logró llegar hasta el círculo improvisado de la familia de Off.
—La operación no salió del todo bien —Gun mordió muy fuerte su labio para no sollozar. —El paciente presentó dos costillas esternales rotas, debido a una contusión tuvimos que acudir a una operación. El problema aquí es que su familiar a entrado en estado de coma. Lo siento mucho.
No, mi Alfa, no, no.
Todos los presentes soltaron jadeos sorpresivos, Gun no estaba prestando ya atención, sus oídos se habían tapado debido a un pitido muy fuerte, se aferró a la pared para no caerse, sintió unas manos tomando sus hombros, pero ese toque dolía, ardía, no quería otras manos que no fueran las de su Alfa. Luego Gun ya no pudo sentir nada.
