CAPITULO 18☕️

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En la sala de la casa campestre se encontraba Off jugando un poco con Chimon. Estaba un poco más risueño y alegre. Aun no entendía el cambio de actitud tan repentina de su hijo hacia Gun, ni siquiera dejó que lo vista, pero el Omega estaba tan fastidiado también que no le importó dejarle la tarea a Off.

Se congeló en su lugar cuando el aroma de la mamá de Gun se hizo presente con más intensidad indicando que también estaba en la sala.

—¿Cómo estás, Off?

Siempre llevó una muy buena relación con su suegra, la visitaban seguido, y siempre la Omega se encargaba de demostrarle su cariño haciendo galletas de chocolate de más para que el Alfa coma en el camino de regreso.

—Bien. ¿Usted?

—Gun me ha dicho que has estado con ellos varias semanas. ¿Ya no trabajas? —preguntó ignorando la pregunta anterior.

—No por ahora, tomé un descanso para... buscar a mi hijo —la voz del Alfa fue bajando de tono a medida que hablaba.

—¿Un año después?

—Mamá.

Sí, su salvación había llegado.

—Solo charlaba con Off, cielo.

Gun entrecerró los ojos haciendo que Off desvíe la mirada nervioso. Se acercó a pasos lentos hasta ponerse de pie frente al Alfa sentado, quien apoyó la cabeza en su vientre mirando temeroso desde ahí a la mamá de Gun, como si su Omega fuera la protección que necesitaba.

—Necesitamos hablar luego, Alfa.

Gun dejó unas suaves caricias en su cabello antes de separarse y arrodillarse en el suelo en donde Chimon estaba sentado mirándolo.

—Cachorrito —le llamó estirando sus brazos. —Papi quiere abrazarte.

Los ojos de Chimon se cristalizaron, su labio inferior se estiró hacia abajo formando un tierno puchero, como pudo gateó hasta que fue envuelto por los brazos cálidos de su padre. Gun amaba eso de su hijo, por más que Chimon amara a su abuela, o riera a carcajadas con Tay, disfrutara tener a New cerca, y se derritiera en risas cuando Off lo despertaba con besos, al final del día su hijo buscaba estar envuelto entre sus brazos, recibiendo sus besos cariñosos o simplemente mirándolo.

—Papi te entiende ahora, cariño —besó repetidamente su cabello arrullando a su cachorro que lloraba soltando sollozos entrecortados. Fue inevitable que un ronroneo vibre en su pecho cuando Chimon se escondió en el hueco de su cuello calmándose poco a poco. —Te amo, te amo mucho.

Gun ahora tenía muchas cosas despejadas, su preocupación seguía siendo la misma, pero no podía perder la cordura, tendría que resolver por puntos todos sus asuntos. Estuvo unos minutos arrodillado en el suelo meciendo un poco a Chimon, quien había enredado los brazos en el cuello de su padre, no queriendo soltarlo.

—¿Mamá, podemos hablar afuera?

Su madre asintió y se levantó para salir a esperar a Gun. El Omega se levantó del suelo porque los brazos fuertes de Off tomaron su cintura para ayudarlo.

—Llevaré a Chimon conmigo. Puedes ir a hablar con mi abuelito si no quieres estar solo.

Off asintió dejando un dulce beso en los labios suaves de su amado.

—Te amo.

Gun sonrió amplio, sus ojos desapareciendo en el proceso. Se dio la vuelta y salió de la casa con un sonrojo leve en sus mejillas.

Encontró a su madre sentada en una banca de madera que colgaba como un columpio, mirando hacia el amplio campo. Se sentó junto a ella acomodando mejor en sus brazos a su hijo. Dejó varios besos en sus mejillas antes de que vuelva a esconderse en su cuello.

—Estoy sorprendida de ver cuanto ama Chimon a Off.

—Yo también lo estaba cuando lo conoció.

Conectó miradas con su madre, y no vio más que la misma calidez y amor de siempre, se arrepentiría el resto de su vida si lastimaba su corazón y hacía que esa mirada se perdiera.

—No quiero que pienses que me meto en tu vida, Gun. Pero creo que debo tener una explicación a todo. Si no te sientes bien al dármela, entenderé.

Una mano acarició su mejilla haciendo que sus ojos se llenen de lágrimas al instante.

—Te contaré —se inclinó hacia el toque. —Pero no quiero que me odies luego.

—Nunca podría odiarte. Eres lo que más amo en esta vida, cachorro.

Ahora o nunca.

—Off y yo no peleamos. No fue esa la verdadera razón por la que regresé a Bangkok.

—Dímela, entonces.

Gun tomó aire, le dolía hablar de eso aun, recordaba en el día que habló con Tay, lloró durante horas en los brazos de su amigo.

—Él... Él tuvo un accidente en el auto, yo estuve en el hospital apenas Mild me llamó avisándome. Pasaron horas antes de saber su estado, y cuando los doctores salieron del quirófano... Off había entrado en estado de coma —su pecho dolía, y el lazo le hizo saber que el Alfa moría por salir a consolarlo, pero estaba dándole su espacio. —Me desmayé, luego de unas horas o tal vez un día desperté. Estaba en una habitación del mismo hospital, pero no estaba solo, la madre de Off estaba ahí.

—¿Qué hacía esa mujer ahí? ¿Te hizo algo, cariño?

El tono de preocupación y molestia de su madre hicieron que se sintiera más pequeño de lo que era.

—No llegó a hacerme nada. Ella... Me ofreció un trato, quería que me alejara de su hijo, y si no lo hacía... —las lágrimas ya bañaban sus mejillas, pero un gruñido brotó de su pecho. —Mataría a mi hijo.

Chimon se aferró más a su cuerpo sintiendo la protección de su padre.

—¡Por todos los lobos! —la Omega se cubrió la boca con sus manos en sorpresa.

—Yo... no me arrepiento, mamá —Gun miraba con tristeza a su madre, sus ojos cristalizados y su labio inferior temblando. —Mi corazón latía por Chimon, no podía dejar que mi pequeño muriera

La madre de Gun tomó su rostro con sus manos.

—Estoy orgullosa del hijo que crié.

El cuerpo tembloroso de Gun fue envuelto por los amorosos brazos de la Omega. Y Gun se arrepintió de nunca decirle, porque en esas noches de llanto y quejidos de dolor y desolación, necesitaba el apoyo de su madre, así hubiera sido más soportable el sufrimiento de no tener a su Alfa cerca.

—Perdón, mamá. Soy un mentiroso, no soy un buen hijo —los sollozos eran aplacados en el hombro de su madre. —No me odies, por favor...

—Mi cachorro —la Omega lo separó, limpió sus lágrimas y besó ambas mejillas de su hijo. —Te amo con todo mi corazón. Y te perdono porque si me lo hubieras dicho antes, ahora estaría acusada de homicidio en primer grado. Aunque estoy considerándolo.

Gun negó rápidamente con la cabeza y volvió a esconderse en los brazos de su madre, aun sosteniendo entre los suyos a su hijo. Estuvieron algunos minutos fundidos en un abrazo de tres hasta que Chimon se removió incómodo de ser aplastado. Y al ver la carita molesta de su cachorro recordó algo más.

—Mamá, hay otra cosa que debo decirte.

La Omega lo miraba curioso.

—Creo... —tragó saliva, mordió su labio nervioso. —Creo que estoy esperando otro cachorro.

Su madre soltó una risita.

—Lo noté apenas te olí.

—Debe ser una broma.

Gun rodó los ojos, todos ya lo habían notado menos él. Y menos Off.

—Off no lo sabe...

—Tu Alfa ha quedado más tonto luego del coma.

—¡Mamá!

I still want you // OFFGUN💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora