En un fin de semana salimos a una discoteca, bebimos demasiado, terminé besando a Marta, Marta a Marc, Marc a mi. Los tres volvimos a casa dando tumbos. Sábado por la noche, las cuatro de la madrugada.
Fuimos todos a nuestra casa, nos besábamos. Nos fuimos juntos a la ducha, los tres desnudos, los tres nos fundían en un solo ser, nos tocamos, nos acariciamos, experimentamos, saltaban chispas, era pasión. Éramos llamas ardientemente que ni siquiera el agua podía apagar.
Después de salir de la ducha más sucios de lo que entramos, fuimos a la cama. La fiesta no paró, la noche es joven, somos jóvenes.
Le acaricié los pechos, los probé, los disfruté y ella disfrutó de los míos. Marc mientras nos metía los dedos en nuestras intimidades femeninas, con maestría, con esos dedos de pianista que sabían exactamente donde tenían que tocar. Las dos gritábamos en la boca de la otra mientras nuestras lenguas jugaban, no parábamos, gemiamos, nos corrimos a la vez.
Después le tocó el turno de disfrutar a Marc, me la metió bien dura y mientras yo me comía a Marta, me sentía como virgen, pero cuando ya a pasado el dolor y disfrutas del sexo, de esa loca experiencia por primera vez.
Disfruté chupando su clítoris y metiéndole la lengua, disfruté escuchándola gritar. Disfruté aún más cuando se corrió en mi boca y yo estaba apunto.
Marc y yo no tardamos en extasiarnos. Terminamos exhaustos. Nos dormimos en pocos minutos.
***
Al despertarnos el dolor de cabeza fue inevitable, por suerte los recuerdos no fueron borrados, porque quería recordar siempre aquella noche. Cuando desperté Marc aún dormía pero Marta ya estaba despierta en la cocina tomando un café. Estaba radiante, parecía que ella ni siquiera hubiera bebido o incluso salido, no siquiera tenía resaca.
-Buenos días, bella durmiente.
-Sshhh
-¿Resaca?
-¿Cómo es que si las dos hemos salidos tu estás bellísima y yo hecha un asco?
-Práctica y genética - Contestó riendo - ¿Quieres un café?
-Por favor. De verdad, no me lo explico.
-¿El Qué?
-Esa energía que tienes siempre, que siempre sonríes, que no se te ve estresada por los exámenes y sin embargo, incluso saliendo de fiesta no bajas del siete y medio.
-Tengo mis trucos
-Cuéntame tu secreto, te lo ruego.
-Jajajaja, vale pero tienes que pactar silencio, ni se te ocurra contárselo a ningún otro compañero de la facultad.
-Mis labios están sellados. Cuenta.
-Bueno para estar guapa solo necesitas un buen maquillaje -rie- para lo demás existe algo que te puede ayudar. Ritalín y Mentrix. Son unas pequeñas pastillas que te ayudan a mantenerte despierto y a concentrarte, y con bebidas energéticas son la ostia.
-¿Drogas? ¿En serio?
-No son drogas, solo una pequeña ayuda. Te aseguro que no tienen ningún efecto secundario.
-Pero para eso ¿no necesitas receta?
-El Ritalín se lo recetan a mi hermano pequeño porque tiene déficit de atención y el Mentrix me lo pasa un colega.
-Vamos que sí, son drogas.
-Tía el Ritalín se lo recetan a mi hermano y tiene siete años así que tan malo no puede ser.
-No se yo.
-Oye tu piénsalo y si cambias de idea, te paso un par y pruebas.
Me quedé de pie, inmóvil, pensando. A ella se la veía muy bien, no parecía ser algo realmente malo, y de verdad necesitaba algo de ayuda en los exámenes. Estaba realmente confusa.
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Desconocidos
RomanceKaterina y Marcus se conoces de niños pero no lo recuerdan, se enamoran de adolescentes y se reencontrarán de adultos. ¿Cómo tenrminará esta linda historia del destino? Los dos primeros capítulos son a modo de introducción, la historia comienza a pa...