Katsuki estaba recostado en la cama de su habitación, recargando su barbilla en la almohada bajo suyo, más específicamente, estaba boca abajo.
Estaba mirando las tonterías que sus compañeros publicaban en las redes. Por ejemplo... Sato público la foto de un pastel que horneo hace poco, diciendo que era para el cumpleaños su madre, era lindo, y se veía muy rico. Denki público la foto de dos muñecas, suponiendo que eran las de el y Eijiro... tenían un tatuaje... está vez el no estaría para ayudarlos si se dan cuenta.
Escuchó la puerta de su habitación abrirse, dando una mirada rápida, viendo a Shoto entrar algo soñoliento. Regresando su vista al celular ignorando ello.
Pero no espero que Shoto lo tomara, dando vuelta y recostarse en su pecho.
Katsuki solo rió de manera suave, dejando un beso en sus cabellos, regresando su vista al celular.
Solo escuchando los pequeños suspiros de Shoto. Así fue por lo menos unos cuantos minutos.
–Oye, ¿Te has dormido?—. Preguntó acariciando sus cabellos.
Shoto negó lentamente.
–Aún no.
Katsuki asintió.
–Escucha esto–. Sonrió–. No soy de Alvarado sino de Jalapa, o sea jalaspito–. Volteo a verlo, mirando como Shoto alzaba la vista mirándolo confundido.
–¿Dónde es eso?–. Frunció el ceño cerrando sus ojos.
Katsuki soltó una carcajada abrazando al bicolor.