—No lo sé, el viejo insiste que no quedemos por lo menos está noche.
—¿Entonces mañana regresaras?.
—Podría decirse.
—Bien. Entonces, vete ya.
—¡Espera!. Antes de que cuelgues... quería preguntarte algo.
Katsuki buscando una notas en la mesa, miro el celular confundido. Suspiro.
—¿Que?.
—Si sientes feo cuando me voy... ¿Qué sientes cuando me vengo?.
¿Era broma?.
Bueno, no parecía serlo. Su voz sonaba serio, fuera de broma. Y eso odiaba de el. En veces no podía distinguir si lo que decía era broma o no.
Al captar sus palabras golpeó la mesa.
—¿Katsuki?.
Con los colores al tope colgó la llamada. Se recostó en la cama mirando el techo.
En veces se preguntaba... ¿Cómo termino con Shoto?.
Es decir, podía y a la vez no decir albures. Está vez fue demasiado directo, ¡Ese no es el chiste!.