Crónicas De Un Desertor

Comienzo del final.

°°°°

Antes...

Un rubio de quince años de edad se encontraba entrenado, luchaba contra una chica de su misma edad, pero ella era mucho mas rápida y fuerte.

Boruto corrió hacia ella para golpearla con el bastón de bambú en sus manos, pero ella se agacho rápidamente y barrio su pie en el suelo, haciéndolo caer.

-Aun te falta- río la chica, apoyando su bastón en sus hombros, mientras veía a Boruto levantarse.

-Esto no es justo- se quejo el rubio.

Ante esto, la chica le dio un golpe con su palo, haciendo que de inmediato el rubio pusiera sus manos en su cabeza. Un pequeño chichón se formó en su cabeza.

-Cálmate niño, quejándote no llegaras a nada- espetó ella.

-¡Itzumi!- Menma llego a donde estaban entrenando.

-¡Ya voy!- respondió la chica. Regreso la vista a Boruto y le extendió la mano para ayudarle a ponerse de pie.

-¿Por que no puedo ir contigo?- inquirió el rubio con tristeza. Tomo la mano de la chica y se puso de pie con dificultad.

-Aun no estas listo, ten paciencia, todo a su tiempo- animo ella.

Boruto no supo como, pero Itzumi le paso una soda, estaba fría, muy refrescante.

La chica aprovecho para irse de ahí, junto con Menma. Boruto ya tenia el conocimiento para volver a su casa solo, además de que no podía sucederle nada.

En aquel entonces, Menma no se acercaba mucho al menor de los tres, pues Boruto era muy arisco, Itzumi a penas había podido ganar su confianza, pero en definitiva la persona en la que menos confiaba era Menma.

No sabia porque.

Boruto sacudió su cabeza para dejar de lado aquellos pensamientos, una vez termino su bebida creo tres clones de el, que se dispusieron a ayudarlo en su entrenamiento.

Así paso el resto de la tarde.

Acabo bastante cansado, incluso para ir a casa, así que se recostó en el suelo para ver el cielo un momento.

-Que hermosa noche- murmuró para si mismo.

Por aquellos tiempos, su pueblo estaba en otro lugar, mas específicamente en una zona de tierra bastante plana, pero gracias a las tecnologías que ofrecían los científicos de la aldea, crearon un holograma al rededor de todo el pueblo, el cual asemejaba una montaña.

No podía verse desde fuera hacia adentro. Pero dentro se tenia una perfecta y hermosa vista de lo que ocurría a los alrededores.

A el le encantaba en especial la noche.

Sin siquiera meditarlo, Boruto acabo dormido, en un campo, donde el viento soplaba ligeramente, haciendo que se enrollase para poder conservar el calor.

Itzumi veía de lejos al rubio, le llamaba demasiado la atención su personalidad impulsiva y temeraria. Sonrío al ver como roncaba.

Sin otra opción, se acerco al mas joven y lo colocó en su espalda, para llevarlo de vuelta a su hogar.

El hogar de los tres.

Pero algo no se sentía bien...

°°°

-¿Donde estamos?-.

Boruto abrió los ojos, mas que nada por el movimiento, al tratar de levantarse se golpeo con un trozo de madera, así que tuvo que encogerse un poco, mientras sobaba el lugar donde se había golpeado.