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-No entiendo por que debo llamarlos hermanos- comento Boruto mirando por la ventana.

Había sido poco el tiempo que había pasado desde que esos extraños le salvaron sin razón aparente.

Aunque solo recordaba cuando despertó en la habitación con ambos. No supo mas hasta que volvió a tener consciencia en un laboratorio.

Todos los días era la misma rutina entre experimentos, entrenamiento, educación y demás, hasta que al final del día lo llevaban a aquella blanca habitación con nada mas que una cama. Se suponía que tendría que estar dormido.

-Es lo que seremos a partir de ahora- comento una voz femenina junto a el.

Al voltear se topo con la chica extraña que le observaba entrenar todos los días.

-¿Como te llamas?- cuestiono el rubio como si nada.

-Eh tenido dos nombres, pero creo que no entenderías el primero, así que puedes decirme Itzumi- respondió ella con una sonrisa.

-¿Itzumi?- era un nombre extraño, pero bastante lindo.

-Es una extraña combinación... El nombre fue creado para... Mantener juntas dos almas- contesto mientras de acercaba a la cama de Boruto para tomar asiento junto a el.

-No comprendo muy bien...- murmuró el menor. Abrazo sus piernas contra su pecho y oculto su rostro en el pequeño espacio.

-Yo tampoco comprendí muy bien al inicio, pero una vez que conoces la historia, entiendes- finalizó. Su mirada reflejaba una nostalgia extraña.

Parecía anhelar algo que no conocía.

°°°

Boruto salio muy temprano en la madrugada.

No tenia fuerzas aun, pero ya no quería quedarse en aquel hogar, con todo ese ambiente rodeandolo.

Le daba asco.

Conocía bien la zona, así que se dirigió a uno de los pueblos cercanos, probablemente pudiera obtener algún rumor acerca de Itzumi. En parte agradecía que su equipo fuera tan conocido entre la gente pobre.

«Eres muy entretenido, Boruto» río momoshiki.

Comenzaba a hartarse de su presencia dentro de su mente.

No tenia mas opción que convivir con el. Aquella vez que hablo con momoshiki tuvo la oportunidad de enterarse cual era una de las consecuencias del karma, además de los comentarios del maldito Ootsusuki acerca de que no podía echarlo de su cabeza.

Así que, en lugar de alterarse prefirió acostumbrarse a ese hecho tan estúpido, además de que también tuvo que aprender a vivir con los comentarios que daba la extraña presencia.

«Recuerdo haberte dicho que cerraras la boca» respondió con un pensamiento.

Algo bueno de la compañía de momoshiki, a pesar de que le enfermara su presencia, era que mantenía a raya su locura.

Si, suena raro que dos dementes se mantengan cuerdos el uno al otro, pero así funcionaba básicamente.

«Si no quieres que hable apresura el paso, comienzo a aburrirme» respondió el mayor.

Boruto soltó un bufido de despercacion, estaba considerando seriamente en mejor volverse un demente con tal de que ese idiota se fuera.

Debido a que estaba tan sumergido en sus pensamientos, Boruto ni siquiera noto cuando había llegado a un pequeño pueblo cosechador.

Crónicas De Un DesertorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora