Especial.

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❌No es algo que suelo hacer p advertir. Pero para que no se quejen de los traumas lo diré de una vez.
Este cap manejara temas que no son del agrado de todos: consumo de sustancias nocivas, violaciones, muertes, lenguaje explícito, etc.
Aclaro que esto es con fines de entretenimiento y no incito a nadie a hacerlo.

(Si no. Luego se ponen de malas conmigo) ah y habrá yaoi pero no del bueno jsjsjsj❌

Ser el hijo perdido del hokage podía llegar a representar un gran peligro y eso tuvo que aprenderlo por las malas.

°°°°

Su joven cuerpo era tocado por unas asquerosas y desagradables manos.

Aquel hombre, al cual no podía ver debido a la venda en sus ojos, tomo con fuerza sus caderas y se hundió en sus entrañas sin ninguna pizca de cuidado. Ni siquiera espero a que se acostumbrara a su tamaño, empezó a embestirlo salvajemente.

No sabia cuantas veces ya había pasado antes o cuanto tiempo llevaba sirviendo en aquel lugar. Solo quería que la tortura terminara de una vez.

°°°°

Escondido en el bosque, muy lejos del alcance de la gente común. Existía un lindo y lujoso burdel, donde se "servía" de todo.

Ahí había sido atrapado.

Estaba vestido con un bonito traje de mucama, el cual le llegaba hasta un poco antes de la rodilla, lo cual era un gran problema a la hora de agacharse, ya que se podía ver todo su trasero y los malditos depravados de puta mierda no tardaban en aprovechar para tocarlo descaradamente.

-Hijos de puta- maldijo al ver como varios hombres le miraban morbosamemte.

-¡Tienes un cliente!- le señaló un hombre mayor de traje extravagante, con un largo abrigo rojo. Estaba sentado en la zona "especial" de aquel lugar, desde donde podía ver todo el espectáculo, además de tener a dos chicas a cada lado, abrazándolo con una sonrisa traviesa.

Solo rodó los ojos y se encamino a donde había señalado el hombre.

Al llegar se encontró con uno de tantos idiotas en busca de sexo. Estaba sentado con muchas chicas y chicos al rededor de el, todos escuchaban atentos sus historias, soltando de vez en cuando una que otra sonrisa. Si, el hombre estaba ebrio.

«Que falso» fue lo único que pudo pensar al ver a uno de sus compañeros rodar los ojos por lo que contaba ese cabron hijo de puta.

Todo el maldito mundo se fijo en el, al ser el ultimo en llegar, parecía que los muy imbéciles no tenían nada mejor que ver, además de que últimamente era el mas famoso entre los cerdos que visitaban el lugar.

La persona que estaba al centro solo le hizo una señal para que sentara en sus piernas.

Rodó los ojos y trato de formar una de sus mejores sonrisas. Así se dirigió hacia aquel hombre e hizo lo pedido.

Aprovecho que seguía haciendo sus estupideces para tomar un cigarro. Al menos podría tratar de relajarse.

Escucho todas y cada una de las historias que el hombre contaba, con el cigarro en su boca como única liberación. Además, de vez en cuando, servía un poco de whisky en una vaso extra y lo bebía para después dar otra calada al cigarro.

Una combinación bastante tóxica si le preguntaban.

A pese de todo, y a diferencia de su cliente, el no acabo ebrio debido a su alta tolerancia al alcohol.

Crónicas De Un DesertorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora