¿Cómo pude morir?

"Esa noche"

Narra Emily

En el trayecto de regreso a su casa ninguno de los dos hablamos. Yo solo observé cómo Adrien comprimía su mandíbula mientras conducía. Era más que notorio su desagrado ante la situación.

Habíamos llegado a su casa. Él seguía molesto.
Subimos a la segunda planta y entramos a su habitación.
Adrien se comenzó a desabotonar su camisa y me habló.

-Me voy a duchar.- Habló algo cortante.

Me acerqué a él y lo ayude a desabotonar los puños de su camisa.

-Amor ¿Qué pasa?- Pregunté amable. Adrien solo se quedó callado- Amor- insistí.

-Emi, tu no tienes la culpa de que ese tipo sea un gilipollas.- Dijo para después sacarse su camisa.

¡Dios Santo! Que bien que se veía Adrien así. No pude evitarlo y me lo había quedado viendo.
Su abdomen... su pecho... sus brazos...
Era perfecto.

Adrien arrugó su camisa y comenzó a pasarla por la comisura de mis labios.

-¿Pero qué haces?- Pregunté riendo y alejando su camisa de mi.

-Te estoy secando la baba- Dijo y los dos comenzamos a carcajear.

-Lo siento. No quería incomodarte- Sonreí pícara.

-No hay problema- Habló y se adentró en el baño.

Al cabo de un rato él salió de bañarse. Después fui yo y me bañé.

Visualicé a Adrien con su computadora y sus cascos puestos.
Me acosté a su lado y lo abracé.
Vi que estaba viendo algo sobre cifras (al parecer algo sobre dinero) y algunos nombres de lugares.
Así estuvimos un rato. Yo abrazada a él y este con su computadora.

De un momento a otro, Adrien se quitó sus cascos, cerró su computadora y me miró.
Sin decirme nada, me tomó de la cintura y me acercó aún más a él.

Cerró sus ojos y respiró pesado.

Yo con la yema de mi dedo índice comencé a acariciar su rostro. Su frente... sus cejas... su nariz... sus labios...

Él abrió sus ojos, sonrió y me besó.

El beso fue subiendo su intensidad.
Me subí encima de él y seguimos besándonos por un rato más. Sus manos se posicionaron en mi cintura y comenzó a moverme un poco. Eso hizo que mi entrepierna comience a hacer fricción con la suya.

Su cuerpo y el mío emanaban un calor sofocante.
Adrien sacó mi camiseta y la tiró a algún lado de la habitación.
Me giró y esta vez él estaba encima de mi. Entre besos se quitó su camiseta y continuamos besándonos.
Así seguimos hasta quedar en ropa interior.

Adrien se me quedó viendo por un instante.
Yo pude notar cómo sus ojos brillaron por un momento.

Siguió besando y acariciando cada parte de mi cuerpo.

Cuando quedamos los dos completamente al descubierto, Adrien habló.

-Eres tan hermosa.

Mis mejillas se ruborizaron. No podía creer que ese momento él lo hacía tan especial...

-¿E-eso crees?- Dije algo avergonzada y con mis brazos cubrí mi busto.

-No- Dijo para tomar delicadamente mis brazos, moverlos y volver a descubrir mi busto. -Estás preciosa- me miró a los ojos -Te amo.

~•~

Ahí estaba yo. Abrazada a Adrien. Esa noche había sido la mejor de mi vida. Él fue tan dulce y cuidadoso de no lastimarme. Él se encargó de que todo sea perfecto. Lo amaba.

-Adrien- hablé llamando su atención.

-¿Emi?

-¿Cómo es tu familia?- pregunté.

En ese momento me di cuenta que la pregunta no era muy conveniente para la ocasión.