Prólogo.

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En varias ocasiones de la vida o en algunas vidas de algunas personas, hay ciertas personas que a los ojos de otras no son iguales al otro. La vida es distinta para todos, cada quien la vive diferente y a su manera, pero también en muchos casos, no todos la vivimos como quisiéramos.

Cada quien tiene su propia historia, cada quien construye su propia historia día a día como quiere o trata de construirla como puede.

Aída por su parte es una persona como cualquier otra. Aunque desafortunadamente para otras personas no lo es, para muchos sería un privilegio tener las cosas que aquellas personas tiene por nacer en una familia con un buen estatus. Aunque a pesar de eso a Aída no le importa esas cosas, en la vida hay cosas mas importantes por tener en cuenta.

Pero la historia no termina ahí. A los ojos de otros, Aída no era considerada normal. A muchas personas se las critica injustamente, provocando consecuencias, eso fue exactamente lo que le paso a Aída. A pesar de no considerarla una persona de su clase, a la vez no la consideraban igual a ellos en todas las formas posibles.

Los comentarios dañan a las personas. A raíz de esto, Aída estaba destruida, se deprimió emocionalmente. Ya no era la misma chica alegre y divertida. Con tan solo 17 años era una chica que tenía una tristeza interiormente que la consumía día a día, sin dar tregua.

A medida que los meses pasaban ella se dio cuenta que las personas son tan crueles. Eso opaco a las personas que si la amaban, a ella hermosa tal cual es.

Así mismo una oportunidad se interpuso en su camino y para ella eso fue una señal de salvación para escapar de los problemas que la consumían. Aunque esa oportunidad o salvación como ella bien llamaba, tuvo sus consecuencias, aquellas que no sabía cómo tratar o manejar y sobre todo impedir. Aunque al principio fue difícil admitirlo, fue lo mejor que le pudo pasar.

Aída es simplemente Aída y a la vez es simplemente única.

Simplemente Aída.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora