Dedicado a
ofcrvJULIHay gente que nunca va a merecer el lugar que le diste. Le quedó grande, le quedaste grande. Y no. No es tu culpa porque tú supiste querer. Sabes querer.
-Anónimo-
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Mi vista vagaba por la ventana, viendo las luces de las calles y las casas pasar, la noche había caído más pronto de lo habitual. Al final no había sido mala idea que él me lleve, pero si me daba pena que lo haga.
El ambiente dentro del coche se puso algo tenso. La única vez que me dirigió la palabra fue para pedirme la dirrección de mi casa y después de eso nadie había pronunciado ni una palabra desde que habíamos salido de su casa. Y para más incomodidad, yo no era la persona indicada en dar charla a las personas y lo sabía por experiencia propia.
Además lo acababa de conocer ¿Qué le iba a decir?
Y que digamos Liam no tenían ningún interés de hablar conmigo ya que se mantuvo callado al igual que yo. Tal vez no le interesa mantener una charla conmigo. De hecho creo que estaba algo molesto por haberlo molestado para que me lleve.
Y aunque él lo llegase a negar se le notaba.
Yo sabía que tenía que tomar el autobús y ya. No estaría pasando está incómoda situación.
—¿Dices todo lo que piensas siempre?
Lo miré de repente pero Liam solo me ignoro y mantuvo su ojos únicamente en el camino.
—¿Qué? —no entendí a lo que se refería.
Por segunda vez no me miró a la cara, pero si desvío su mirada en dirección a su ventana de su costado por un momento antes de volver la vista a la carretera.
Me puse incómoda por su accionar, pareciera que me esquivaba.
—¿Que te hace pensar que estoy molesto?
Y ahí lo entendí a la perfección a lo que se refería. Como una tonta que soy no me di cuenta que había comentado casi todo en voz alta, lo único que esperaba era que no haya abierto mi boca de más.
—Tus acciones te delatan —comenté sin querer.
Fijé mi vista hacia al frente y me removí incómoda en el asiento del acompañante. Cómo siempre trate de agachar la cabeza disimuladamente.
—¿Por qué te escondes Aída? —preguntó seguramente porque aún que lo evité me estaba mirando.
—No me escondo. —mi voz trato de sonar firme.
—¿Así? —por primera vez soltó una fugas risa que desapareció rápidamente— Entonces mírame a la cara y luego responde a lo que te pregunté.
No quería mirarlo porque sabía que me acobardaria.
Una pequeña vocecita en mi cabeza se despertó y a gritos decía que levantara la cabeza y lo enfrentará. Además ¿Qué más da si lo hago? Él no me conocía, él no los conocía a ellos y no sabía cómo era yo realmente y ¿Si ahora me comportaba como la persona que quiero ser?
La que no tiene miedo a levantar la voz frente a un chico, sin pensar en las consecuencias.
Pero aún que lo hiciera eso no cambiaría las cosas, porque aunque lo niegue seguía siendo una cobarde.
—Repite lo que dijiste, pero mirándome a la cara. —escupió nuevamente sacándome de mis pensamientos.
Tragué grueso y por un instinto de valentía que surgió de lo más profundo de mi, levanté la cabeza y lo miré a la cara firmemente o tratando de verme firme y confiable a las palabras que soltaría.
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Simplemente Aída.
RomanceMe hubiera encantado empezar a contarles lo fabulosa que es mi vida, la gran familia unida de la que soy parte, la hermosa y gran casa en la cual vivo, los encantadores padres que me tocaron, lo bien que me va en los estudios, los sobresaliente que...