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ADVERTENCIA CAPITULO LEVEMENTE SENSIBLE

Se toca levemente un tema delicado, si eres sensible a este tema por favor saltalo, comienza cuando ponga esto "(X)" y termina en (X).No incito a nadie a hacer estas conductas, ni tampoco estoy a favor.

Sus ojos se abrieron con molestia por los rayos del sol cruzando por su ventana, tanteo con sus manos el lado contrario de la cama y al no sentir nada se levantó adormilado, mirando a todos lados.

A su mente llegaron los recuerdos de todo lo que paso el día anterior, una sonrisa con un leve sonrojo se instaló en sus mejillas.

Se levantó y con pasos lentos se dirigió a la cocina, donde podía escuchar al italiano hablando por teléfono. Cuando entro el rubio tenía el ceño fruncido, sin embargo al mirarlo le dedico una sonrisa y se acercó a él, rodeándolo con sus brazos mientras le daba un beso en la frente.

— ¿Qué tal dormiste?

—Pues, muy bien. —Rodeo con sus brazos en el cuello del rubio, depositando un beso rápido en sus labios. —Hubiera preferido encontrarte dormido al lado mío.

Una leve risita salió de la boca del italiano.

—Lo siento. —Acaricio su mejilla. —Te veías tan lindo dormido que no quise despertarte. —Se separó de él, sirviendo el desayuno para ambos.

Se sentaron a comer entre breves pláticas.

— Raúl. — Le llamo suavemente, el pelinegro lo miro curioso. — No es necesario que sigas trabajando ¿Lo sabes? — El pelinegro le vio confundió. —Tengo suficiente dinero para ambos.

Las mejillas de Salinas se tiñeron de rojo, sonaba tentador sin embargo el baile le encantaba y un dinero que el mismo se ganaba le hacía sentir útil.

—Lo sé. —Acaricio la mejilla del rubio. —Pero quiero seguir trabajando.

El italiano asintió mientras se levantaba y le daba un leve beso.

Después de un rato ambos terminaron, el pelinegro se ofreció a lavar los trastes mientras que el rubio se daba una ducha, al parecer tenía que atender algo urgente junto con su hermano.

— ¿Te paso a dejar? —Pregunto mientras se alistaba para salir a lo cual el pelinegro negó.

—Me quedare un rato más aquí, si no te molesta.

—Jamás me molestaría. —Se acercó a él abrazándolo por su cintura y depositando varios besos en su rostro mientras el pelinegro reía. —Ten cuidado ¿Si? Te veo en la noche.

—Tú también cuídate, Te quiero.

—Y yo a ti.

Con un sentimiento amargo el rubio salió de la casa, llamo a su hermano para saber de la situación tratando de distraer el mal presentimiento que sentía, porque siempre que algo iba a salir mal el sentía un leve malestar, decidió ignorarlo y concentrarse en lo importante.

—Solo estoy paranoico. —Susurro.

(...)

El turno de Raúl había empezado, llego entusiasmado y más feliz que cualquier otro día, rápidamente Sabrina se acercó a él, antes de empezar el turno se fueron a los vestidores para hablar tranquilamente y contándole todo lo que ocurrió, un gritito de emoción salió de la boca de la rubia, el pelinegro la callo de inmediato.

— ¡Es que no puedo creerlo! —Sabrina abrazo al pelinegro, el cual reía divertido.

—Yo tampoco. —Sus mejillas se sonrojaron. —Es increíble.

Balla per me  [Roni] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora