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(..) <-–– ponen la canción. A los que no les cargue se llama Doja Cat-streets

Otro día más llegando al lugar, solo que esta vez el Gambino mayor junto con el menor, se encontraban ahí desde temprano. Al parecer se encontraban levemente estresados, ya que algunos chicos atacaron a una de las chicas del lugar y más aparte rompieron una ventana, platicándolo con José y con la seguridad que estaba allí, llamaron a la policía que llego a los pocos minutos.

Y al parecer las complicaciones no paraban, una llamada le llego de sorpresa al italiano mayor haciéndole fruncir las cejas. Ya colgada la llamada respiro pesadamente.

— Carlo, de nuevo los pesados en el Kerule. —Dijo totalmente desgastado, su hermano menor suspiro cansado.

—Quédate tú aquí y resuelve esto, yo voy con José. —Señalo al moreno. — Y si pueden acompañarme unos oficiales lo agradecería.

El rubio cenizo miro al agente a cargo de aquellos oficiales, el cual miro a dos indicándoles que le siguieran, sin esperar más el menor de los Gambino se fue.

— Gracias García.

El mayor de los Gambino sonrió amigable hacia el pelinegro, el cual le respondió con la misma sonrisa, siguieron hablando más acerca del tema seguridad que tendría de ahora en adelante su local por los alrededores.

Desde lejos Salinas observaba todo, podía ver con facilidad como el italiano estaba a punto de explotar por el estrés, podía ver sus músculos tensos y las pequeñas sonrisas fingidas que propinaba a los demás, así que se le ocurrió una pequeña idea, se fue a los vestidores para hablar con Sabrina.

Mientras tanto el rubio claro, se encontraba hablando con García ignorando lo que el pelinegro tramaba junto con Sabrina.

—Muy bien Toni. —Estrecho su mano con la del italiano. —Entonces así será, cualquier persona sospechosa se ira directo a comisaria, sin preguntar.

—Muchas gracias. —sonrió amigable. —Cuando te pases por aquí, créeme que las bebidas saldrán por cuenta de la casa.

El comisario agradeció y salió junto con sus demás agentes, decidió llamar a su hermano para ayudarlo pero un agarre en su brazo le detuvo, al voltear pudo ver a una rubia sonriéndole.

—Sabrina ¿Qué sucede?

—Señor Gambino ¿Está ocupado?

Al escucharla el rubio arrugó la nariz levemente.

—Ya te dije que dejes las formalidades. —Sonrió divertido. —Estoy un poco liado ahora ¿Necesitas algo?

—Sí, solo que se necesita tiempo. —dijo pensativa. — ¿Puede volver más noche? Cuando ya no este ocupado.

— ¿Para qué? —Pregunto confundido, ya que realmente no entendía que quería lograr la rubia.

—Es que alguién le hizo una sorpresa. —Sonrió coquetamente, como siempre.

—De acuerdo. —Inseguro asintió. —Volveré por la noche.

— ¡Estupendo! Gracias jefe.

Sin más se fue saltando, ignorando aquello decidió llamarle a su hermano e ir con él para ayudarle.

Sabrina llego al vestíbulo donde estaba Salinas para darle la buena noticia, entro mientras el pelinegro se preparaba para dar sus show del día de hoy.

— ¡Lo conseguí!

— ¿Qué te dijo? —Pregunto el pelinegro levemente emocionado.

—Que volvería en la noche. —Sonrió coquetamente. —Nunca espere que estuvieras enamorado de Toni. —Soltó una risita. —Ay el amor.

Balla per me  [Roni] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora