Ella es una de las chamanes más fuerte con amnesia temporal que llama la atención del jujutsu más fuerte y de sus compañeros.
Sin mencionar que El Rey de la Maldición, el propio Ryomen Sukuna está loco por reclamarla. Sin su propia realización, se...
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Hakamura Tetsuya caminó tranquilamente hacia una habitación que se encuentra al final de los pasillos de su mansión. La habitación es extremadamente oscura y tiene una cierto ambiente inquietante a su alrededor. Puede ser por los rumores, pero cada vez que Kurato pasa por la habitación, se le pone la piel de gallina.
Tetsuya sacó la llave de su bolsillo y abrió la cerradura. Tan pronto como puso los pies en la habitación, una sonrisa de deleite se curvó en unos labios atractivos. Cerró los ojos en éxtasis mientras todos los recuerdos acudían a su mente como una cascada.
- Paraíso... - Murmuró en voz baja.
Hakamura Tetsuya es un misterio, todo en él se mantiene oculto como una puerta cerrada. Pero aunque el hombre mismo gritó "privacidad", todos ellos conocen el hecho de que nunca podrá dejar su pasado.
Nunca.
XXX
Fushiguro, Nobara y Yuuji jadearon en estado de shock cuando Yumiyo cojeó hacia ellos. Le temblaban los dedos y todos sabían tan bien que había llegado a su límite. Estaban a punto de ayudarla, pero ella los venció corriendo hacia Megumi que sangraba sin parar. El macho gimió cuando sus dedos hicieron contacto con su herida.
- ¡D-me duele...! - Siseó, tratando de alejarse de su toque. Su respuesta hizo que Yumiyo suspiró antes de levantarse lentamente, apoyando el cuerpo de Megumi en proceso de hacerlo.
Yuuji notó que ella estaba luchando, lo que lo llevó a alejar a Megumi del abrazo de Yumiyo. Megumi frunció el ceño con disgusto pero Yuuji decidió ignorar la señal. La extraña sensación de que envidia se filtraba en su pecho lo llevó a hacer cosas ridículas.
- ¿Yuuji.? - Ella arqueó una ceja.
- Déjame llevarlo, Yumi-chan. Fushiguro es un hombre, es pesado - razonó.
- Pero estás herido -
- Sí, pero no es nada que nunca haya experimentado antes - se jactó el hombre de cabello rosado. Yumiyo miró a Nobara, preguntando por cualquier oposición, pero la hermosa chica se encogió de hombros.
Yumiyo suspiró suavemente.
- Depende de ti, entonces. Pero por favor dime si te cansa. Lo levantaremos juntos -
Yuuji sonrió, cerrando los ojos mientras articulaba 'seguro'.
Sin que ella lo supiera, tan pronto como su espalda los enfrentó, los dos se involucraron en una intensa competencia de miradas, maldiciéndose el uno al otro en su corazón. Después de unos minutos, Yuuji se liberó cuando sacó la lengua en tono juguetón.
