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—Directo a Chongqing —ordenó el alfa Yibo al joven beta que conduce el carruaje.

Zhan no había dicho ni una sola palabra desde que el viaje rumbo a Chongqing comenzó, podía sentir la tensión en el cuerpo de Yibo, el alfa estaba molesto y en alguna especie de guerra mental contra su alfa.

El castaño trataba de mantener a raya al caprichoso alfa que pedía mimar al omega triste, por su parte el omega de Zhan parecía tranquilo, aunque Zhan estuviera siendo consumido por la ansiedad y el dolor de dejar a Haikuan, su omega estaba tranquilo, triste y decaído pero tranquilo.

El viaje era tan incómodamente silencioso que aquel silencio podría cortar en dos el corazón del que hablara primero por el filo que lleva.

Las horas pasaban con el mismo sepulcral silencio, Zhan lloraba, no dejaba de llorar y Yibo seguía peleando contra sí mismo.

La oscura noche cayó de pronto y apenas lo notaron, el cansancio en ambos era notorio, Zhan ya no lloraba, solo soltaba algunos suspiros de arrepentimiento, de cierto modo agradecía que su omega estuviera extrañamente tranquilo, eso ayudaba a calmar su ansiedad.

Quería saber de Haikuan, deseaba estar en sus brazos y restregarse en su cuello, impregnarse del afrodisíaco cítrico dulce del alfa.

Cuando el cansancio fue más severo se vio en la necesidad de hablarle al alfa líder.

—¿No haremos alguna parada para descansar?

—No mereces descansar —escupió con rabia y sin mirarle.

Zhan no quiso volver a hablar, pero después de unos minutos más de silencio, Yibo se dirigió al beta.

—Detente en la siguiente posada, seguiremos el camino a Chongqing mañana por la mañana.

Pasó menos de unas horas cuando el carruaje de los recién casados se detuvo en una posada hogareña.

Yibo salió primero, no espero a Zhan solo entró al lugar, Zhan lo siguió de cerca, pero aún tomando distancia.

—Una habitación por favor —pidió Yibo.

—Dos —pidió Zhan, Yibo le dió una mirada acusadora, pero el omega la ignoró —por favor —la mujer de recepción parecía esperar la respuesta de Yibo.

El alfa soltó un suspiro de resignación —que sean dos —la mujer asintió y a los segundos extendió las llaves de las habitaciones.

Un botones de baja estatura los guío a sus habitaciones, Yibo no quiso bajar el equipaje del carruaje por lo que no llevaban más de lo que visten.

Zhan entró de inmediato a la habitación, llegó hasta la cama y se envolvió en las mantas, deseaba regresar el tiempo y explicarle todo a Yibo, así el alfa no estaría sufriendo. Pero ya no podía hacer nada, solo quedaba aceptar su miseria.

Zhan estaba casi dormido cuando Yibo entro a la habitación, había rabia y dolor grabado en su mirada, el omega estaba asustado.

—Yibo no- —trató de defenderse, pero el alfa lo tomó de las muñecas y lo aseguró contra la cama.

—Deseaba darte todo, hacerte feliz, Zhan, quería entregarte mi vida —las palabras dolían, pero dolía más que aquella imagen respetable del alfa que jamás lo forzaría a nada se destruyera poco a poco, Yibo estaba besando su cuello, incluso mordía sin miedo.

—Yibo, por favor, no lo hagas —suplicó el omega como última esperanza, Yibo gruñó moviendo sus caderas que se acomodaron entre las piernas del omega —por favor no —repitió.

Yibo lo beso, un beso agresivo sin pizca de amabilidad, el movimiento de caderas era constante.

Y luego se detuvo, Zhan quien había mantenido los ojos cerrados, los abrió y lo miró, Yibo estaba llorando, el alfa fuerte e indoblegable estaba más frágil que el tallo de una rosa.

Yibo cerró los ojos y se levantó, dejó a Zhan de nuevo solo, con un agujero en el pecho y la culpa del daño que le causó.

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El viaje hasta Chongqing fue igual de abrumador que al principio, apenas llegaron al territorio de Chongqing, la gente saltó feliz, gritaban felicitaciones a su líder, para Zhan solo aumentó la culpa.

Llegaron a la casa grande, Yibo bajó y ayudó a Zhan a bajar, los empleados comenzaron a murmurar diferentes halagos al omega del líder.

"Es muy hermoso"

Escuchó Zhan a su espalda, volteó y logró ver a unas jovencitas omegas que revolotearon al ver que fueron descubiertas, Zhan quiso reír por la ternura del acto.

—Mi señor sea bienvenido a su hogar —dijo la señora Kim con una genuina sonrisa, Yibo sonrió, pero solo por cortesía y el respeto que le tiene a la mujer —¿Desea algo en especial para el almuerzo?

—No, pero tal vez Zhan si —habló desganado —elige a una de las chicas para que lo atienda únicamente a él, en lo que sea que necesite —la mujer asintió —¿Dónde está Li?

—En el despachó mi señor.

Yibo asintió y se dirigió a la casa grande.

—¿El omega de mi señor desea almorzar algo en especial? —preguntó la mujer a Zhan.

—No tengo hambre, gracias —respondió sincero.

La mujer no dijo más, se notaba que algo había pasado y haciendo uso de la discreción que caracteriza a la desgastada mujer ordenó a una de sus subordinadas atender y guiar a Zhan.

—Por aquí joven —dijo la chica, una omega muy sencilla, llegaron hasta una habitación bastante grande con una vista exclusiva a los cultivos del territorio, el sol del mediodía alumbrando en su máximo esplendor —¿El joven necesita algo más? —Zhan negó, —¿El joven desea que le llamemos de alguna forma en especial?

Zhan lo pensó un poco, está casado con el líder de Chongqing, su título como el omega de este es el de señor al igual que Yibo, pero siendo sinceros, Zhan no quiere ni merece ese título.

—Joven está bien —la chica asintió y salió de la habitación, Zhan se quedó mirando a la ventana, quería ver a Haikuan.

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—A mi no me inventes cuentos, algo paso —reprendió Li en cuanto Yibo le mintió sobre su estado de ánimo —¿Qué te hizo ese omega?

Yibo frunció el ceño —¿Por qué tiene que ser culpa de Zhan? —reclamó.

—Las últimas semanas todo lo que haces gira en torno al omega, si algo te pasó, es su culpa.

Yibo quiso reprender a Li por la absurda acusación, pero en efecto Zhan era el culpable de su dolor.

—No estoy de humor Li, hablamos mañana —suspiró, Li no quiso ser imprudente así que asintió a las palabras de Yibo y se retiró del despacho.

La tarde pasó como si no fuera nada, Yibo no salió de su despacho en ningún momento y Zhan la pasó en su habitación, apenas y aceptó un poco de pan y café para la cena.

—No tiene sentido que estén separados Nana —decía Li a la señora Kim —es absurdo que ni siquiera se hablen cuando acaban de casarse.

—Eso no nos importa, mantén tus narices fuera de la relación del líder con su omega —reprendió la mujer.

Pero Li solo veía esta situación como una oportunidad.







Ay no, desde el capítulo anterior ando awuitada. :((
Bueno nos leemos en el siguiente, besos. ♡

El Mejor Error. ♡ YiZhan ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora