El Mejor Error. ♡ YiZhan ¹

•22•

La casa grande está feliz, el pueblo está feliz , la noticia de que el alfa ya estaba casi recuperado daba esa buena energía que les da felicidad, no querían perder a su líder, no cuando Yibo es un líder amable que jamás levantaría un látigo contra algún campesino.

Las omegas y betas de la casa estaban revoloteando por toda la casa con la noticia de que el omega y su líder ya dormían juntos, además de que Zhan tenía impregnado el olor de Yibo, los empleados no se sorprenderían de que un cachorro estuviera próximo.

—Ya duermen juntos, qué más pruebas quieres, Haikuan —reprendía Zhuocheng, Haikuan seguía necio diciendo que no se iría sin Zhan.

—No lo ama, lo sé, Zhan me quiere a mí —se defendió el más alto.

Zhuocheng negó sabiendo que les quedaba poco para ser descubiertos.

—Vámonos antes de que el líder se entere, no solo es tu vida la que está en peligro Haikuan.

—Vete entonces, si solo te pongo en peligro, vete —ambos alfas se miraron firme, frente a frente a tan escasos centímetros de sentir sus respiraciones, Zhuocheng cedió primero.

—No voy a abandonarte —Haikuan suavizó su semblante ante la declaración de su amigo.

—Haikuan —se escuchó la voz del omega castaño, Zanjin.

Zanjin apareció por la puerta de la casa donde Haikuan se hospeda.

Zhuocheng no quería admitir que su alfa aulló feliz de mirar a tan radiante omega. Pero sus sentimientos ya eran de Haikuan por lo que trató de moderar sus miradas a Zanjin por el bien de su estabilidad mental, no podía encariñarse de nadie del pueblo.

—Dime —respondió Haikuan.

—Zhan quiere… —el omega dudó un poco, la presencia de ambos alfas lo abrumaba —verte.

Haikuan sintió la alegría abordarlo —¡¿Dónde?!

—Hoy a media noche, en la capilla —Haikuan asintió feliz, Zhuocheng desvió la mirada no queriendo ser testigo de cómo el alfa alto anhelaba ver a su gran amor.

Zanjin se fue sin más. La sensación en su corazón le daba tranquilidad y fuerza, se creía capaz de correr mucho sin desmayarse, como si esos alfas fueran…

Suyos.

Aquellos que lo salvarían de su pronta muerte y le darían la felicidad que tanto desea desde su niñez, cuando su padre le contaba las historias de alfas y omegas que se amaban tanto que se sentía hasta en los huesos.

Pero la tristeza lo hizo caer de rodillas sobre el frío suelo, Haikuan ya ama a alguien y aunque fuera verdad que sus destinos están unidos el amor no se puede forzar.

Trató de levantarse, pero su corazón dolió. Y todo se volvía oscuro cada vez más, hasta que perdió la conciencia.

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—¿Ya revisaron la bodega? —preguntaba Li en la cocina, es fin de mes y desde que Yibo se volvió líder decretó que se les daría una despensa básica a las familias de campesinos con menos posibilidades de sustento, lo que son alrededor de doscientas familias en la zona centro de Chongqing.

—No joven Li, esperamos sus órdenes —explicó Yang.

Li asintió y comenzó a anotar algunas cosas en hojas de su mediana libreta, a los minutos entró Na Ying a la cocina.

—Señora Kim, mi sobrino desea de almuerzo una sopa, ¿Usted podría-? —antes de que la delta terminara de hablar Li interrumpió.

—Ya se eligió el almuerzo de hoy y será cordero horneado —sólo fue un aviso.