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Yokoyama Saburo. Edad: 27 años. Jerarquía: Alfa.
Alfa x Alfa.
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Yokoyama se encontraba tranquilamente en su negocio, una cafetería ambientada en realidad idea de sus pequeños hijos la temática. Había clientes más de lo habitual ya que era el día del padre y a varios les gustaba esa cafetería.
Sus hijos se encontraban al lado de él haciendo unos dibujos para decorar más el lugar.- ¿Puedo ver lo que hacen?.
~¡No!, No debes de ver papá, es un regalo.- Respondió una pequeña azabache.- Si papá es un secreto, mejor atiende al cliente.- Dijo otro niño peliazul, solo rió al ver lo mandon que era.- De acuerdo, de acuerdo.
~Buenas tardes, bienvenido a la cafetería Kana.- Se presentó con una sonrisa en el rostro, su cliente tenía lentes, un traje y se miraba bastante elegante.- Aquí tiene la carta de alimentos, hoy por ser el día del padre estamos regalando la especialidad del día Ichigo.
~Solamente un café negro está bien.- Solo anoto en su libreta y sonrió.- De acuerdo, ahora mismo uno de nuestro meseros se lo traerá.-
~¿Es normal que un dueño haga las órdenes?.- Eso sorprendió un poco a Saburo.
~Bueno es una cafetería familiar y me gusta estar aquí también con la ayuda de mis hijos, si me disculpa debo de atender otras mesas.- Se retiró dando una reverencia a Mirai o mayormente conocido como Sir Nighteye, un pro héroe.
Saburo siguió con su trabajo y le entrego las órdenes a sus empleados en la cocina, ellos lo quería demasiado por ser tan amable y que le gustará su trabajo en la cafetería.- Oye Saburo.
~¿Si?.- Su mejor amigo Asa también trabajaba en el lugar.- ¿Ese no es un pro héroe?.- Apunto hacia donde estaba Sir Nighteye y sus hijos volteron, sus ojos se iluminaron pues eran fans de él.- ¡Si es él!.- Dijeron al unisono.
~Oh con razón se me hacía conocido, no tenía idea de que héroes profesionales asistían a la cafetería.- Respondió con tal tranquilidad que sus hijos y amigo lo miraron con indignación.- Papá, ¿Podemos pedirle una foto?.-
~Yo los llevo, yo también quiero una.– Asa los tomo de sus hombros para empezar a caminar hacia la mesa, pero sintió una mano en el hombro.– Alto ahí, iré también porque ustedes pueden abrumarlo.–
Los tres solo suspiraron al escucharlo.– Disculpa perdón si te molesto pero ellos quieren tomarse una foto contigo, ¿Lo harías?, Por favor.– El peliverde se levantó de su lugar.
~De acuerdo, por mi no hay problema.– Los demás solo sonrieron y estaban realmente felices, se pusieron para tomarse la foto con él.– Niños agradezcan.–
~¡Gracias, Sir Nighteye!.– Los dos salieron corriendo con el teléfono de su padre en manos.– Enserio gracias, mis hijos son fans tuyos.
~No hay de que, ¿Cuánto es por el café?.– Saburo negó.– Así está bien, la casa invita y es agradecimiento por las fotos.
[...]
Después de ese día se miraba casi todos los días al héroe, en la misma mesa todo el tiempo y sus hijos se acercaban a él porque decían que ya era un cliente recurrente.
~Tus hijos lo adoran, ¿Por qué vendrá tanto?.– Pregunto el pelirrojo al lado de él.– Ni idea, supongo que le gusta el lugar.
~O talvez le gusta alguien.– El azabache alzo una ceja al escucharlo.– ¿Que?.– Asa rió un poco al verlo así pues al parecer el azabache no entendía bien las indirectas que solía darle el héroe.– ¿Me vas a decir que no sabes?.
~No tengo idea de que hablas.– Siguió su mirada a la tasa que tenía enfrente.– Eres idiota, es obvio que le gustas.– Saburo se quedó estático al escucharlo decir esas palabras pues se había alejado de las personas que lo querían para alguna relación sentimental.
~Seguro que no, no digas idioteces.– En realidad ni siquiera quería pensar en eso, había sufrido una perdida y no quería más.– Hazme caso, es momento de que lo olvides.
~¿Como olvidar a quien fue la madre de mis hijos?.– Respondió un poco decaído, solo suspiro.– No diré más, solo pienso que deberías de ser feliz.
[...]
Los días siguieron pasando y las visitas del héroe seguían, este se trataba de acercar a Saburo pero el azabache se mantenía ocupado atendiendo la cafetería y a sus hijos. Mirai se mostraba paciente con Saburo pero a la vez le carcomía el querer saber más de él.
Los hijos de Saburo solían dejarlos hablando solos mientras el azabache se encontraba limpiando o haciendo otras cosas, hasta que se sintió bien con eso. Saburo empezó a acercarse al peliverde y de igual manera, los dos ya sabían que el otro era alfa.
~Aveces me preguntó cómo un héroe tan elegante, viene todos los días a tomar café aquí.– Dijo el azabache con una sonrisa en el rostro.– El café es bueno y me gusta el ambiente familiar.
~Yo pensé que era por otra cosa.– Ya era la hora después de cerrar la cafetería y solo estaban ellos dos en el local, ya que Asa se llevó a los niños para que durmieran.– ¿Que cosa?.– El peliverde se puso detrás de él, ya que él azabache estaba barriendo.
~Olvidalo, solo ideas mías.– Rió nerviosamente al sentir las manos de Mirai en su cintura, se sentía pequeño así lado ya que este media dos metros.– ¿Y esa idea era que me gustas?, Realmente no estás equivocado.
~¿Pero que dices?, ¿Te gusta alguien con hijos?.– Hizo que se volteara para que lo viera a la cara.– ¿Hay algún problema con eso?.
~Realmente no lo se.– No dijeron nada más después de eso.
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