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Ōtsuka Kenji. Edad: 16 años.
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Quiero ser tu esclavo Quiero ser tu amo Quiero hacer tu corazón latir Y acelerar como montañas rusas
~¿Que es lo que miras?.— Pregunto Denki a su lado, Hanta solo dió un pequeño salto al verlo pues estaba tan absorto en sus pensamientos que no se dió cuenta cuando apareció.— No miro nada, solo estaba pensando.
Denki entre cerro sus ojos mientras miraba al azabache, luego vio hacia donde se dirigía su mirada.— ¿Miras a Kenji?.— Sero casi se atragantaba con su jugo, ya que Denki no lo dijo de la manera más discreta posible.
~¿Realmente tenías que hablar fuerte?.— Solo suspiro y miro su bandeja de comida, a unas mesas de ellos, estaba con sus amigos.— Sabes deberías de hablarle, escuché unos rumores que le gusta alguien de la clase A.
Luego escucharon una risa al lado de ellos, ahí se encontraba Monoma.— ¿Enserio creen que a Kenji le gustará alguien de la clase A?.— Varias miradas curiosas se pusieron en ellos, también Ōtsuka volteo a verlos ya que Monoma no hablo de una manera baja.
~Neito, deberías de dejarlos en paz, vámonos.— Iba a reprochar pero vio al albino detrás de él e hizo caso así yéndose del lugar.— Lamento si Neito los molesto.— Iban a negar pero Kenji se había ido.
Quiero ser un buen chico Quiero ser un gángster Porque tú puedes ser la Bella Y yo podría ser la Bestia
Kenji estaba en el gimnasio, estaba entrenando junto con Asa y Akira, los tres venían del extranjero ya que fueron admitidos por recomendación.— ¿Realmente teníamos que venir aquí?, Estábamos bien en México aunque tengamos nombres japoneses.— Hablo el peliazul, ya que estaba sentado.
~Ustedes nos representan a nosotros, saben que nosotros somos dioses mexicanos y ustedes los obtuvieron.— Hablo una voz, la cual provenía de la katana de Kenji, era Mictlantecuhtli, Dios del Inframundo y de los muertos.
~Niños insolentes, tienen un gran poder y solo se quejan.— Los tres portaban katanas las cuales llevaban el Dios mexica, los cuales los escogieron a ellos.— Vamos Quetzalcóatl, son solo unos niños.
Hablo Xochipilli, el dios del amor, el placer, la ebriedad, la belleza, los juegos y las flores, luego los tres sintieron una presencia detrás de la puerta.— ¿Quien está ahí?.— Kenji se acercó a la puerta y ahí vio al azabache.— ¿Sero?.— Solo vio correr lejos de ellos, no le dió tanta importancia.
Te amo desde esta mañana No solo por la estética Quiero tocar tu cuerpo Tan jodidamente electrizante
Estaba tranquilamente comiendo hasta que llegaron sus dos amigos, luego apareció Xochipilli, quien se poso al lado de Kenji, siempre llevaban consigo algo que ellos pudieran usar para estar cerca de esos niños prodigios.
~Kenji, alguien está enamorado de ti, puedo sentirlo ese ese chico que estaba en al puerta.— Varias miradas se posaron en ellos ya que los dioses estaban sentados con ellos.— ¿Realmente tenías que decirle?, Hubieras esperado a que el chamaco lo descubriera.— Hablo Mictlantecuhtli.
~Solo dejennos comer, todos los días entrenamos para estar al mismo nivel que los japoneses pero ellos no saben controlar su kosei o no depender tanto de ellos.— Quetzalcóatl le dió un golpe en la cabeza.— Tú también eres japonés, aunque tu madre sea una de las mejores y vengan de México, son japonés.
~Eres tan egocéntrico Kenji, si sigues así alejaras a todos.— Xochipilli, era el más conciente de todos de su actitud, él era parte de Asa.— No me interesa y si ese chico está enamorado de mi pues lo siento, lo veo como una perdida de tiempo el enamorarse.— Dijo eso sin saber que el azabache escuchaba todo eso, Xochipilli fue hacía el azabache dándole un susto.
~Se que estás enamorado de ese chamaco tan pendejo, pero quiero que lo ayudes.— Se fue sin dejarlo hablar.
Sé que me tienes miedo Dijiste que soy muy excéntrico Estoy llorando todas mis lágrimas Y eso es jodidamente patético
Estaba solo en el gimnasio, estaba muy cansado y solo se sentó en el suelo, al lado de él estaba Mictlantecuhtli.— ¿Enserio piensas que el amor es una perdida de tiempo?.— Solo lo miro y asintio.
~Es un desgaste emocional, hay rupturas, peleas, no es nada estable y hay gente que queda como idiota.— Se sentó y recibió un golpe por parte de un Xoloitzcuintle los cuales eran mayormente conocidos por ser acompañantes al Inframundo.
~Tienes que primero enamorarte para saber si es verdad o no, deja de verlo como algo innecesario o te morirás de soledad.— Desaparecieron de nuevo de su vista, solo suspiro y negó con la cabeza, no quería enamorarse.
No había conocido a nadie que le hiciera cambiar de parecer, recordó a su familia materna, más bien a sus abuelos los cuales eran felices y habían estado casados por 50 años, había escuchado sus historias desde que era un niño y le fascinaban, hasta que uno de ellos dejo de estar ahí.
Quiero darte hambre Entonces quiero darte de comer Quiero pintar tu cara Como si fueras mi Mona Lisa
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La verdad me encantó, así que tendrá una segunda parte, besos pimpollos.