Capítulo 1

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- Solo ignóralo. Ya se ira - replico.

- ¿Ignorarlo? - Pregunto levantando la voz pero al momento en que se dio cuenta, tosió para parecer tranquila. - Amy , hay un chico golpeando la puerta como si fuera a tirarla abajo y tú solo me dices que lo ignore. - Para lo último ya había vuelto a levantar la voz.

Estaba en lo cierto. Ya no tenía escapatoria, Amy debía explicarle a su madre de una vez el error que había cometido. Que se había enamorado de una persona que no era su prometido. Odiaba tener que admitir que se había equivocado pero... Todavía no estaba segura de cuál era el error. El haberse comprometido con la persona que su padre le impuso sin opción. El haber tenido un romance secreto y haberle oculto a esa persona que estaba comprometida. Oh, odiaba admitirlo. Pero su madre aún estaba sentada en un extremo de la cama esperando a que su hija le diera algunas explicaciones o al menos bajara a detener a aquel hombre antes que hiciera añicos la puerta.

- Amy, al menos explícame quien es.

- Es una historia larga y... - Al ver la mueca de disgusto de su madre se rindió y camino hacia la cama para dejarse caer en ella. - Cometo errores, ¿Sabes?

- No puedo creer que lo estés admitiendo. ¿A qué viene?

- Yo y mi estúpido orgullo. Si no fuera por eso ahora estaría allí arreglando las cosas pero...Se detuvo para tomar una de las almohadas, ponerla sobre su cabeza y gruñir dentro de ella.

- Aun no me explicaste nada - Amy no podía creer que su madre le estuviera hablando con tal tranquilidad ya que normalmente se irritaría por cualquier cosa. 

Amy dejo a un lado la almohada y noto que los golpes habían cesado. Quizá él se había ido y se ahorraría las explicaciones.

- ¡Se fue! - exclamo casi dando un salto para ponerse de pie.

- Amy...- Su madre estaba perdiendo la paciencia.

- Está bien - se volvió a tirar sobre la cama.

Su mente volvía atrás en el tiempo, hace un mes y medio cuando el invierno estaba acabando y ya casi no se sentían sus últimos aires fríos. Amy y su grupo de amigas habían aprovechado esto para lucirse usando vestidos. En su momento no parecía mala idea. Recorrieron varias calles del centro en donde se detenían cada dos pasos para mirar en tiendas de ropa de vez en cuando entrar para comprar alguna que otra cosa con la que se encapricharan. Megan ya llevaba más de siete bolsas y solo habían recorrido tres manzanas. Esa era su amiga, adicta a las compras. Aunque Amy también tenía algo de eso pero solo llevaba dos bolsas con ropa. Más tarde se sentaron a descansar en una de las plazas que había allí. Una bastante concurrida y más a esa hora de la tarde cuando los padres llevan a sus hijos para que corran de un lado a otro entre las palomas.

- Hey Tina, mira esa pareja - dijo Megan y tina siguió su mirada.

- Oh, por dios. Ella es tremendamente pequeña para él. - critico.

- No es solo eso. ¿Viste lo que tiene puesto? O más bien, esa cintura tan exageradamente ancha, debería ir a un gimnasio, ¿No lo crees Amy? - Pregunto Tina dándole un empujoncito a su amiga quien parecía bastante distraída observando a la tierna pareja mientras bebían helado juntos, sentados en un banco frente a ellas pero bastante lejos como para no oírlas. La crítica era algo que las amigas de Amy, y a veces incluso ella practicaban con cualquiera que no les agradara o alguien que les pareciera fuera de lugar. Ella se limitaba a hacer alguna mueca de disgusto que era inevitable cuando algo no le gustaba. La mayoría del tiempo Tina y Megan se mostraban arrogantes y crueles para juzgar a las personas. Amy también podía mostrarse muy cruel pero solo con personas que no soportaba, no quería tener otro defecto además de su orgullo y el no poder admitir cuando se equivocaba. 

The Other Side Of The Door [Joe Jonas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora