Capítulo 12

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Joseph se había levantado temprano (como de costumbre) para dar un paseo con su padre. Lo llevaba a dar una vuelta por la cuadra, no muy lejos ya que el pobre hombre era muy débil. Más tarde, regresaron para desayunar. Joe se asomó por la puerta de su habitación para comprobar si su huésped continuaba durmiendo, y así era.

Preparo un desayuno para su padre, según su dieta y le entrego el periódico. Se quedó sentado dispuesto a esperar hasta que Amy se levantara para desayunar juntos.

- Aun no me respondiste porque esta mañana te encontré durmiendo en el sofá - el viejo lo miro por encima de sus lentes esperando una respuesta y no una evasiva como había hecho antes.

- Si esperas lo sabrás.

- No crees que ya estoy demasiado viejo como para esperar.

- Papá estas bien. Puedes esperar.

- ¿Y bien?

- Amy vino anoche y está durmiendo en mi cama. Pero... No es lo que parece.

- Oh. Dijo su padre sorprendido -, así que ha regresado.

- No.

- Sabía que regresaría por ti - continuo ignorando lo que su hijo decía.

Amy entro en la cocina y miro a las dos personas allí sentadas, e intento disimular que había oído lo que había dicho el padre de Joseph.

- Buenos días, Amy - le dijo Joe mirándola con una sonrisa. Ya estaba vestida así que había encontrado su ropa seca sobre la cama, él se la había dejado allí antes de salir a caminar.

- Hola querida - ahora la saludo su padre.

- Buenos días - respondió ella. Amy se quedó observando la sonrisa de él padre de Joe que para nada disimulaba lo que pensaba, y era obvio que tenía que ver con lo último que había dicho.

- Ven siéntate.

- No puedo, lo siento pero no puedo quedarme más.

- Tienes razón - reconoció Joseph y se puso de pie. - ¿Quieres que te lleve?

- No creo sea buena idea.

- Es solo un favor - Insistió y Amy acepto, de todas formas ni siquiera sabía a donde tenía que ir quizás tendría que recorrer todos los hoteles buscando a su madre y a Thomas. Así que un aventón no vendría mal. Según lo que su madre le había dicho su hotel no estaba muy lejos, quizás su hotel se encontraba en los suburbios o en la avenida principal.

Comenzaron con los hoteles más próximos, entrando y preguntando. Cuatro hoteles. En ninguno figuraba el nombre de su madre o por si acaso de su hermano.

Amy estaba frustrada y comenzaba a ponerse nerviosa. ¿Qué posibilidades había para que ella volviera a su casa y recogiera el papel con la dirección del hotel? No muchas.

Joseph hizo una parada extra. Amy simplemente se lo quedo mirando mientras él bajaba del auto, como no era de su incumbencia lo que él fuera a hacer miro hacia otra parte, sin ver concretamente algo especial. Joe regreso al auto más rápido de lo que esperaba y con algo que tampoco esperaba.

- Es para ti - dijo entregándole un ramo de rosas rojas. Un ramo bastante grande.

- Joe, no debiste hacerlo.

- Ya lo hice.

- En serio, no debiste hacerlo - repitió y ahora él comprendió su error. Al ver que no decía nada, Amy bufo y miro las flores con admiración, eran hermosas. - Gracias - sonrió.

- No fue nada - respondió sonriendo solo porque la sonrisa de ella le resultaba contagiosa - ¿Quieres que nos detengamos para desayunar algo?

- Sabes perfectamente que no estaría bien.

The Other Side Of The Door [Joe Jonas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora