Capítulo 5

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- Me iré por unos días, tres, fue lo que dijo mi padre. - El mesero dejo su cena frente a ellos y se marchó. - Intente que me dejaran quedarme, pero fue inútil. Te extrañare.

- Amy, son solo tres días no es para siempre - Joe noto la mueca de decepción que le provoco. - Y yo también te extrañare, pequeña.

La cena estaba deliciosa y el restaurant era tan elegante, se alegró por haberse puesto camisa y un pantalón de vestir de alguna manera sabía que Amy no lo invitaría a algún lugar simple. Había mucha gente en el lugar, familias enteras. Todos bien vestidos, ni uno fuera de lugar. Cada persona parecía resplandecer con sus atuendos pero para Joe la persona más resplandeciente del lugar era Amy. Con su vestido rojo escotado, demasiado escotado. Joe había pensado en decírselo pero como ya sabía no conseguiría nada. Y hacía calor como para cubrirla con su propia chaqueta.

- ¿Sabes? Ayer Thomas se escandalizo cuando le agradecí luego de que lavara los platos por mí. - Amy estaba igualmente escandalizada cuando su hermano sin quejarse acepto.

- ¿Quién es Thomas? - No se apresuró con conclusiones ya que por lo que había mencionado no podía ser más que algún familiar o su asistente, si es que tenía.

- Es mi hermano menor - respondió. - Creí que te lo había mencionado.

- No pero que bueno que lo hiciste - sonrió y luego bebió un poco de agua.

Como el clima estaba tan cálido a Amy le había gustado el paseo por la playa la noche anterior volvió a llevarla haya. Estaban sentados uno al lado del otro en la arena, Amy tenía su cabeza reposando sobre el hombro de Joe y él la rodeaba con el brazo.

- Había algo que había querido decirte durante toda la noche - dijo Joe y Amy se movió para mirarlo de frente, porque tenía que matarla de intriga esperando a que ella preguntara que era. Y cuando lo hizo se puso serio y espero. El estómago de Amy daba vueltas esperaba que no fuera tan serio como su rostro en ese momento. - Tu vestido... es demasiado escotado - juzgo finalmente.

- Oh... Era solo eso. Estabas intrigándome solo para decirme eso - rio pero él seguía con su fingida seriedad. - Oh, vamos, nadie más lo noto.

- Lamento decepcionarte pero el mesero lo noto, y alguno que otro hombre que pasaba por la mesa lo notaba.- Confeso y Amy se ruborizo pero aun así sonreía.

- Tonterías. Estás paranoico - lo beso en la mejilla y él se puso de pie.

- Vamos a jugar con la marea - le extendió la mano para ayudarla a levantarse.

- ¿Cuántos años crees que tienes? - bromeo al tiempo que se ponía de pie.

- ¿Vas a comenzar con lo de mi edad...? Porque si es así yo me burlare de tu estatura que no debe pasar el metro sesenta - al decir esto se alejó para que ella no pudiera golpearlo ni decirle nada.

Caminaron a la orilla y en cuanto una ola se acercaba ellos se alejaban. Amy estaba tan distraída jugueteando que no se percató de que Joseph ya no estaba a su lado y cuando lo hizo él ya la tenía entre sus brazos llevándola hacia el agua.

- ¡Joe, no lo hagas! - grito aferrando sus brazos y flexionando las piernas para no tocar el agua - ¡Llévame a la orilla!

- ¿Por qué? El agua esta deliciosa - deliberadamente la soltó y estiro los brazos colocándolos detrás de su cabeza como si estuviera tan relajado a pesar de que ella seguía colgada de su cuello.

- Ya no puedo sostenerme más - sentía los brazos cansados hasta el punto que se soltó y cayo sentada. Joe rio al verla sentada en el agua. - No es gracioso - Dijo. No estaba molesta pero se vengaría. - Ayúdame a levantarme - le extendió la mano para que la ayudara.

- No caeré en ese truco para que me hagas caer junto a ti.

- Tienes razón es demasiado infantil de mi parte - una vez de pie aprovecho su distracción y lo empujo pero Joe la tomo de las manos obligándola a caer con él.

- Te ahogare por esto - se miró todo mojado y Amy se echó a correr lo más rápido que pudo. Joe la alcanzo y volvió a hacerla caer. Lo hacía de tal manera que ella cayera sobre él no soportaría que se golpeara por su culpa. 

Una vez de pie la tenía entre sus brazos. Era la primera vez que la veía de esa manera, siempre se mostraba tan perfectamente arreglada y ahora era todo lo contrario. Su sedoso cabello negro estaba empapado al igual que su vestido, el cual se le había pegado totalmente al cuerpo. Tuvo que hacer un esfuerzo para quitarle los ojos de encima.

Acaricio su mejilla y ella sonrió.

- Estos tres días serán eternos sin ti - confeso Joe mirándola a los ojos. Oh, estaban tan brillantes bajo la luz de la luna.

- Pienso lo mismo - lo abrazo fuerte como si de esa manera no tuviera que irse.

Joseph no se preocupó por si su auto quedaba empapado mientras ellos estuvieran allí. Era bastante tarde cuando Amy decidió que era hora de volver a casa, esperaba que estuvieran todos durmiendo de manera que no se enterarían de que había llegado toda mojada.

- Si me enfermo espero que pese en tu conciencia.

- Descuida, no pasara - carcajeo él al verla temblando.

- De todas formas te lo hare saber - miro en dirección a su casa y luego volvió la mirada a Joe, que mantenía pegada a su cuerpo y la había echo pararse sobre sus pies. - Debo irme -. Lo beso en la mejilla y se volvió para alejarse.

- Espera...- dijo y ella se detuvo en seco. - ¿Te iras así como así?

- Oh, que tonta he sido - Se acercó a él. - Adiós Joe, te echare de menos - sonrió y se volvió para continuar su camino.

- ¿Y no hay beso de despedida?

- Creí que ya te había dando el beso de despedida - se hacia la tonta, sabía que era lo que quería exactamente. - No hay tiempo es tarde - continúo alejándose.

- ¡Amy, regresa! ¿Me dejaras así hasta que vuelvas?

- Sobrevivirás - bromeo.

The Other Side Of The Door [Joe Jonas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora