Si tienes solamente un fósforo en la mano, el último de la cajita, y tienes miedo de prenderlo, no temas. Es en esa actitud que una gran chimenea será encendida e iluminará su tunel de problemas considerados insolubles. Porque todos sabemos: siempre hay una luz al final del túnel.
Segundos, minutos, horas, días pasaban y todo continuaba igual, la angustia crecía en sus corazones y la esperanza que los acompañó desde un principio se les imponía y amenazaba con desaparecer a pesar de que la sostenían con todas sus fuerzas.
El frío era su cobija en las noches desoladas y llenas de tristeza ante la falta evidente que se negaba a olvidar y dejar atrás, luchaba semana a semana porque los pocos pero buenos recuerdos se mantuvieran firmes en su cansada conciencia, no estaba dispuesto a que la falta de memoria se llevara consigo eso también, no lo iba a permitir.
Jimin era lo único bueno que le había ocurrido en su borrosa existencia- que con el avanzar del tiempo se volvía más clara.
Meses, dos largos meses habían transcurrido para Jungkook sin que tuviera una noticia que le devolviera la sonrisa que había perdido.
Jimin continuaba en coma y no había avance, estaba estancado en ese pozo sin fondo del que no salía.
El pelinegro lo visitaba todos los días y le contaba el gran progreso que estaba dando en sus clases, y cada cosa nueva que aprendía de Jackson le eran de gran ayuda, ya conocía mucho y el relacionarse no le era tan difícil.
Ese día salió rumbo al hospital luego de que terminara su clase diaria, era domingo, uno muy agotador, ese día de la semana no era de su agrado porque todas las familias se reunían para compartir cosas juntos, y él no tenía con quien hacerlo, el día en que Jimin despertara sería su momento favorito, el cual era uno muy borroso para los médicos, a toda hora lo decían.
–Entre más tiempo esté en ese estado más difícil será que despierte.
Repetían eso una y otra vez, pero Jungkook hacía oídos sordos, a pesar de tocar la mano del rubio todos los días y sentirla fría el no perdía las fuerzas, por eso su estadía en el hospital era casi permanente, pensaba que si charlaba con Jimin algún día lo iba a escuchar, tenía ese anhelo.
–Hola Jungkook– todo el personal lo saludaba muy alegre al pasar, trataba de ser educado, pero una sonrisa verdadera era algo que sus labios se negaban a mostrar.
Se dirigió a la habitación de siempre y se sentó junto a la cama, el semblante del contrario estaba mejorando mucho, las quemaduras leves que le quedaron luego de la cirugía estaban desapareciendo por completo, tenía un poco de rubor en las mejillas y no estaba tan frío al contacto, eso ilusionó mucho a Jungkook, en realidad cada cambio que había tenido su gatito ese último mes lo llenaba de esperanzas.
Los padres de Jimin luego de enterarse de lo ocurrido no querían separarse de su hijo, Jungkook les decía que debían descansar, que no hacía falta que se quedaran todo el día aún cuando el estaba ahí y llegaron a un acuerdo de que ellos lo cuidarían en las noches, y así se han mantenido todo ese tiempo.
–¡Oh! Hola hijo, no sabía que habías llegado, estaba en el baño.
–No se preocupe, ¿cómo pasó la noche Jimin?– preguntó.
–Pues como siempre, ya sabes, no hay novedad ni da señales de despertar– dijo con pesar inundando su cuerpo.
–Pero yo lo veo con mejor semblante hoy, no tengo dudas de que pronto estará de nuevo con nosotros.
–Dios te escuche, no se que me pasaría si perdiera a mi hijo.
–No piense en esas cosas, hay que tener esperanzas de que despertará– forzó una sonrisa– ¿y cómo están ustedes, cómo les fue?.
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Phoenix Love.
FanfictionLas imperfecciones del universo, siempre están en contra de todos, esa era la manera de pensar de cierto chico pelirubio, que sentía que podía llegar a ser muy feliz con su aparente existencia carente de maldad y desgracias, pero como todo ser pensa...