Narra Coraline:Estar trabajando media parte del día en tu propio cumpleaños. Buen plan, no? Pues esa era mi vida.
Por suerte, el rato se me hizo bastante corto y ameno y para cuando quise darme cuenta, mi jornada laboral había terminado y mi jefe me dejó volver cinco minutos antes a casa. De camino, me encontré con Leandro con el que llevaba unos días sin haber hablado con él pero no pareció molestarle. Simplemente había tenido mogollón de cosas que hacer y no había tenido tiempo para entablar conversación con él.
Me acompañó hasta casa. Abrí la puerta y justo encendí la luz...
- FELIZ CUMPLEAÑOS!!! - saltaron varias voces.
Pero y esto qué es? Me habían organizado una fiesta sorpresa así de gratis? Literal que me quedé boquiabierta porque no me lo esperaba para nada. Todos estaban allí. Con globos y con una sonrisa de oreja a oreja. Ethan, Victoria, Thomas, Iris... Y... Él. Cómo no. Seguro que le había convencido Iris de venir. Segurísimo.
Abracé a todos uno por uno pero cuando Damiano vino a abrazarme, me sentí bastante rara. No sabía cómo reaccionar.
- Feliz cumpleaños, preciosa - me susurró de pronto al oído.
Esa voz... No, no, Coraline, no. No dejes que te coma la oreja. Estás cabreada con él, no es así? Entonces demuéstrale quién eres y lo que vales. Que no te ablande.
- Gracias - le respondí sin apenas abrazarle y mirándole fríamente a los ojos.
Él tampoco se esperaba que reaccionara así. Pude ver lo mal e incómodo que podía llegar a sentirse. Pero, a mí qué, eh? Ya lo dije hace días: si quiere jugar, jugaremos.
- Ven - me saltó mi amiga.
- Eh Cora no te lo pierdas!! - oí que gritaba Thomas a la vez que bebía un gran vaso de vodka blanco con limón-. Damiano ha compuesto una canción especialmente para tí!!
- Cierra el pico coño! - le respondió mi mejor amigo queriendo ocultar una risa nerviosa.
- Si, si pero esperad un momento que quiero hablar con Cora un segundo... - volvió a interrumpir Iris-. Podéis ir preparándoos.
- Pero qué te pasa? - dije llevándome un largo trago de ron a palo seco en la boca-. No actúes como si fueras mi madre!
Y sin más dilación, mi amiga me agarró del brazo y me llevó hasta la cocina. Parecía un poco molesta.
- A ti te parece bonito la actitud que está teniendo hacia Damiano? - me saltó cruzándose de brazos-. Es tu mejor amigo, Cora, joder! Siempre habéis sido como uña y carne...
- Él sabrá por qué estoy actuando con él como estoy actuando... - clavé mi mirada en una de las estanterías.
- Tu te estás escuchando? Mírate siquiera a un puto espejo, tía... Y tu decías que eras una chica madura y adulta? Pues que sepas que estás actuando de la forma más infantil que puede existir... Te gusta jugar con los sentimientos de los demás, verdad? Te gusta ver cómo Damiano se arrastra por ti hasta el punto de que lo llegas a humillar delante de sus propios amigos, verdad?
- Para... - le advertí y cogí aire lentamente para tratar de calmarme.
- No! Si te niegas a escucharme, me importa una mierda, vale? Me vas a escuchar y vas a recapacitar de una puta vez!! No tienes derecho a hacer lo que le estás haciendo!! Tu no sabes lo que está sufriendo por tu puta culpa, Coraline. Ni te haces a la idea...
- Yo también estoy sufriendo y a mí nadie me dice nada, sabes?
- Eso... Sigues siendo igual de egoísta y egocéntrica como siempre... Pero sabes qué? Nunca llegué a imaginar que serías capaz de llegar a este punto... Nunca llegué a pensar que eras capaz de ser tan mala víbora como para hacer daño a una de las personas más importantes de tu vida. Puede que la más importante de tu vida. Dime... Quién ha sido el que siempre ha estado cuando más lo has necesitado, eh? O quién ha sido el primero que siempre ponía la mano en el fuego por ti? Quien era el que siempre hacía todo lo posible por hacerte feliz cuando estabas de bajón, eh? Quién era el primero en acudir en tu ayuda un flagranti?

ESTÁS LEYENDO
~ Because of you~ (Damiano David)
Roman d'amour~ Era amor a primera vista, a última vista, a cualquier vista ~ Vladimir Nabokov