Capítulo 6

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Capítulo 6: Camino a Hogwarts

Harrison Gellert Gaunt Potter se paró en toda la gloria que un cuerpo de once años podía pararse, su rostro estaba serio, no había emoción alguna en su cara mientras acomodaba su túnica verde oscuro, mientras miraba a su gran espejo, la imagen de un perfecto caballero le devolvía la mirada.

– “¿A dónde iremos?”–una voz seseante se escuchó cerca del oído de Harry.

En el hombro del niño, una serpiente de al menos cincuenta centímetros se dejaba apreciar. El espécimen era completamente negro, sus escamas brillando con cada rayo de luz que logara reflejar y sus ojos, de dos colores iguales a los de su dueño.

–“A la escuela”–dijo el niño en el lenguaje siseante de las serpientes.

– “¿Seguiré comiendo como siempre?”–preguntó la serpiente acariciando con su lengua la mejilla de su bebé humano, aunque él mismo no tenía muchos años vivo.

–“Lo harás”.

–“Bien, entonces iré”–dijo la serpiente.

Harry se permitió una sonrisa pequeña, apenas moviendo la esquina de sus labios, justo como su padre Tom le había enseñado.

–Lux, vamos a buscar a mis padres–dijo Harry acariciando las escamas negras.

La serpiente simplemente se escondió de nuevo en la túnica de Harry antes de que este último saliera de su cuarto.

Una última mirada al espejo y salió de su habitación, sus pasos medidos y elegantes lo llevaron con gracia todo el tramo de las amplias escaleras hasta el primer piso, una vez ahí, tuvo que caminar poco para encontrar a sus padres en la sala de estar.

–Harry–llamó su papá James con una mirada tormentosa en sus ojos.

–Padre, papá–saludó el joven con una ligera inclinación de cabeza acercándose más a ellos y quedar a un paso de distancia.

–Imagino que tienes todo listo–dijo Tom lanzando un tempus no verbal para comprobar que su tiempo fuera perfecto.

–Sí padre, mi baúl estuvo listo desde ayer–dijo Harry sin cambiar su rostro o su voz.

–Bien, entonces debemos ponernos en marcha– habló Lord Gaunt, ofreciendo una mano a su esposo para escoltarlo.

James no ofreció respuesta, ni siquiera hizo caso a la mano de su marido, simplemente se arrodilló frente a su hijo para que sus ojos quedaran a la misma altura y poder hablarle en iguales condiciones.

–Harry, si no te sientes seguro podemos enseñarte en casa, sabes que tu padre y yo estamos calificados para eso, puedes aprender aquí sin preocuparte por nada– dijo el hombre de lentes, y, aunque su voz sonaba segura, dentro de él crecía el miedo, el miedo a dejar que su hijo no estuviera donde pudiera verlo– Incluso ahora ya puedes recibir visitas, llamaremos a algunos niños de tu edad para que conozcas sin que tengas que dejar la casa.

Tom suspiró desde su interior, no es que no entendiera de donde venía el miedo de su esposo, es decir, durante año y medio estuvo al borde de los nervios al ver cómo la magia de su hijo podría matarlo. Por supuesto que el instinto de James era no dejar que su bebé estuviera solo, sin embargo, no podía encerrarlo por siempre en la mansión, enfrentar el miedo también era una parte de su entrenamiento.

–Papá, estaré bien, Sirius, Regulus y el abuelito estarán ahí. Hogwarts es el lugar más seguro que hay, nada puede pasarme–dijo Harry sin apartar sus heterocromaticos ojos de su padre, intentando mostrar que estaba listo, aunque por dentro también tenía miedo.

El ᥒιñ𑄉 de l𑄉𝘀ׅׄ e𝕥erᥒ𑄉𝘀ׅׄ [Drarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora