El ᥒιñ𑄉 de l𑄉𝘀ׅׄ e𝕥erᥒ𑄉𝘀ׅׄ [Drarry]

Capítulo 2

Capítulo 2: Los Malfoy.

Tras la muerte de los Prince y la inminente traición de Colagusano, fue todo en un constante espiral de cambios.

Aquel mal que había comenzado a tomar fuerza en el mundo mágico fue “asesinado” por un pequeño bebé de dos años. Nadie se explicaba cómo, tampoco se explicaban el por qué los Prince cuidaban del niño si era hijo de Lord Gaunt y Lord Potter. Nadie sabía más de lo que Albus Dumbledore quería que supieran, él cuidaría a su pequeña familia aunque le costara la vida.

El mismo día del incidente con los Prince, Tom Gaunt llegó a la casa justo después de que las fuerzas primarias hubieran salvado a Harry. El hombre tuvo que respirar varias veces y agradecer a Lily y Severus Prince por proteger a su bebé, Harry había estado demasiado cerca de la muerte y él pensamiento lo aterró.

Tanto Tom como James tardaron un año para que Harry no escapara de cada persona que veía, un año en el que el niño se acostumbrara a ellos como sus padres y para que las pesadillas de Harry se redujeran al mínimo. Pero ninguno de los dos hombres cambiaría esos tortuosos momentos al lado de su niño.

Ahora, cinco años después de la tragedia, Harrison era un saludable niño, un poco pequeño y delgado pero con una belleza exuberante.

–Papi, papi, papi– habló el pequeño pelinegro jalando el pantalón de James, quien en ese momento se encontraba preparando la comida.

– ¿Qué pasa, Harry?– preguntó el hombre con suavidad quitando la vista de su comida para posarla en su hijo.

– ¿Papá va a llegar pronto?– interrogó el niño con cierto nerviosismo, quizá incluso un poco de miedo.

James dejó que el cuchillo cortara por sí sólo a las verduras y se agachó para cargar a Harry.

– ¿Porque preguntas eso?– dijo mientras acariciaba con suavidad los cabellos de su niño.

El pequeño pelinegro dudó un poco antes de contestar, algo dentro de él quería quedarse callado acerca de su miedo profundo a la fecha en la que estaban y la otra, una parte más grande, se decidió por contarle a su padre lo que había guardado por años.

–Papá… Papá Severus había ido a comprar calabaza… Mamá Lily y yo… – su voz se cortó un poco por las lágrimas que comenzaban a caer por los bellos ojos de bebé. James tuvo el impulso de callarlo y decirle que no importaba, que ya había pasado, pero era la primera vez que Harry contaba lo que sucedió– Mamá y yo estábamos… Estábamos jugando… Ella me iba a dar tarta de melaza cuando papá… Llegara… Pero, pero papá llegó lleno de sangre– con eso, el llanto desgarrador brotó de los finos labios de Harry– lastimaron a papá, me dijo que me amaba y luego mamá corrió conmigo a esconderse pero no pudimos irnos y… Mamá también murió. Papi, no quiero que papá Tom se muera… No va morir ¿verdad? Él no va a dejarme ¿verdad?

James no pudo más y abrazó al niño con todo el amor que tenía, odiaba que su hijo aún tuviera esos recuerdos traumáticos, odiaba con todo su ser no haber podido evitar eso.

Limpiando las lágrimas de su hijo, James se mostró lo más fuerte que pudo, intentando transmitirle tranquilidad al niño en sus brazos.

–Mi niño, tu papá estará bien– dijo James con seguridad – Tom es un mago muy poderoso y el hombre que mató a Lily y Severus ya no está gracias a ti. Tú lo destruiste y ahora todos estamos bien– de nuevo, el hombre atrajo a su hijo en un abrazo fuerte– No llores más, hoy es un día muy especial para las brujas y los magos, además de que vendrán a cenar tus padrinos junto con Draco.

A Harry le costó un poco dejar su llanto, pero durante todo el angustioso proceso, James lo arrulló, le dio palabras dulces y espero con paciencia a que su hijo controlara sus emociones. Después de un tiempo, el niño tuvo curiosidad por la información que su padre le había dado.