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Taeyong

Taeyong se sentía inquieto; no sabía casi nada sobre los omegas. Antes de ese día, nunca había pensado sobre los omegas que nacen fuera de la corte. Como alfa, había recibido su educación de otros alfas. Habían escuelas mixtas con omegas como profesores, pero no estaban precisamente cerca de donde vivía. La información sobre cómo los omegas habían llegado al poder era escasa y constantemente recitada como si fuera obligación y con un tono de amargura en las voces de sus maestros.

Nunca hablaron sobre las complicaciones que pudieron haber tenido los omegas antes y después de la guerra e incluso actualmente. Taeyong tenía demasiadas preguntas de las que no estaba seguro si era correcto preguntar.

Sin embargo, todos sus pensamientos y preguntas se desvanecieron rápidamente tan pronto como llegaron a la casa de su madre. Aún no estaba si fue la mejor decisión, pero las opciones eran quedarse aquí o en la cabaña donde suele quedarse con Chanhee, en donde probablemente fluidos y otras cosas peores seguían en exhibición. Aún no le agradable ni confiaba en el príncipe, pero nadie merecía ver eso.

-¿En dónde estamos?

Taeyong se aclaró su garganta.

-En mi antigua casa. Solía vivir con mi madre hasta que murió cuando yo tenía 17 años. Poco después de eso, fui solicitado para cumplir con mis deberes como heredero.

-Es encantadora. -dijo Ten observando a su alrededor.

Taeyong se encogió de hombros.

-Sé que no es un palacio, pero nos mantendrá secos. -antes de que Ten pudiera responder añadió.- Espere aquí, veré si los vecinos tienen leña extra.

Con todas las veces que se ha quedado en la otra cabaña en lugar de esta, no ha visitado a sus antiguos vecinos desde que se mudó, pero siempre recordaba enviarles comida y materiales con los que podían trabajar. Era duro verlos de nuevo, con rostros orgullosos y ojos llorosos. Todos ellos pensaban que Taeyong estaba viviendo una mejor vida, que era feliz y que estaba donde debía estar. No tenía el corazón de romperles su fantasía así que solo tomó la leña y algo de comida que le ofrecieron y regresó a casa de su madre, con su- el príncipe.

Para su sorpresa, fue recibido por un Ten empapado con una canasta llena de flores, bayas y otras frutas.

-Encontré una canasta para recoger algunas cosas para comer, pero olvidé buscar toallas. -dijo Ten, temblando levemente.

El omega lucía como una visión dulce, cada parte de él se veía mojada y lista para comer.

Taeyong sacudió sus pensamientos inapropiados y se quitó su chaqueta.

-Tenga, cúbrase con esto mientras intento encontrar algunas toallas. -dijo rasposamente mientras sus nudillos rozaron el cuello de Ten por accidente mientras intentaba ajustar la chaqueta.

Ten se estremeció mientras parpadeaba rápidamente.

Taeyong humedeció sus labios.

-Yo- iré por las toallas...

La casa aún estaba en buen estado gracias a los vecinos de Taeyong, pero no sabía exactamente hace cuánto fue la última vez que las toallas se lavaron y la simple idea de que el príncipe tenga una reacción alérgica en su piel, hacía que el estómago de Taeyong se hiciera nudos. No era como si Taeyong estuviera preocupado porque el príncipe se lastimara o se sintiera incómodo, simplemente era que es una piel muy bonita, lucía suave, delicada, solo... sería una pena si algo le pasara. Taeyong era una persona muy considerada, eso era todo.

tastes like summer, smiles like may│𝘁𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora