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Ten

—¿Qué pasa? ¿Hice algo mal? —Ten susurró con preocupación al ver a Taeyong perdido en sus pensamientos con un pequeño ceño fruncido.

¿Se estaba arrepintiendo de estar con Ten? ¿Estaba a punto de rechazarlo? Quizá no quiere lidiar con la carga de estar con un virgen sin experiencia además de estar con alguien más aparte de su amante.

Taeyong se acercó un poco más y Ten rápidamente envolvió sus brazos alrededor de su cuello con manos temblorosas, intentando aferrarse a cualquier cosa que Taeyong estuviera dispuesto a darle.

—No creo que te des cuenta de como te veo. —el alfa sacudió su cabeza, su mirada cayó a los labios de Ten.— En mis ojos, tú no podrías hacer nada mal, incluso si decidieras salir de este cuarto ahora mismo.

Ten no lo haría, no podía, no quería.

—Quiero que me enseñes, quiero aprender de ti, por fa–

Taeyong detuvo la palabra con un hambriento y desesperado beso. Su lengua lamió los labios de Ten antes de rozar su lengua. El omega podía sentir sus entrañas arder y su deseo crecer, necesitaba oler como su alfa de adentro hacia afuera. Necesitaba ser llenado.

—Puedo oler lo mucho que lo quieres. —el alfa ronroneó después de romper el beso, con la saliva aún uniendo sus labios por un momento.— Podrías correrte solo con mi boca follando tu boca. —movió su rostro al cuello de Ten, inhalando su aroma. Los ojos del omega parpadearon mientras los dientes de Taeyong se hundían en su cuello y su lengua lamía sus glándulas de enlace.— Ni siquiera necesitarías mis dedos para correrte, tu aroma está tan fuerte que ni puedes esconderlo, quieres que lo sienta. —la última parte salió como un gruñido que hizo el agujero de Ten apretarse mientras una ola de lubricante salía de él.

—Quiero– oh Dios. —la cabeza de Ten cayó hacia atrás cuando las manos de Taeyong tomaron su culo en un agarre fuerte, frotando sus pollas juntas, creando una deliciosa y pegajosa fricción.

—¿Qué quiere mi princesa? —preguntó Taeyong, su ronca voz hizo que el omega se sintiera vacío y mojado, mareado con deseo.— ¿Quieres mis dedos? —sus dedos jugaron con la entrada de Ten, haciéndolo jadear y abrir sus piernas para darle al alfa mejor acceso.— ¿Mi boca?

Ten dejó escapar un gemido de impotencia cuando sintió a la lengua de Taeyong lamiendo su respingado pezón antes de chuparlo, mientras sus dedos se retorcían dentro de él en una manera que hacía a Ten llorar de placer.

Taeyong lo estaba haciendo sentir deseado y lo suficientemente atrevido para preguntar lo que quería exactamente.

—Quiero– quiero saber como se siente dentro de mí. —jadeó Ten, permitiéndose disfrutar cada lamida y caricia que el alfa quisiera darle.— Solo la punta, por favor.

La cabeza de Taeyong se levantó bruscamente, mirando a Ten como si estuviera listo para devorarlo.

—¿Estás seguro? —dijo, con un tono oscuro y lleno de lujuria.

Ten tragó, mirando hacia donde sus cuerpos se unían. Taeyong era gigante y en el fondo, sabía que dolería, no importaba lo lento que Taeyong lo hiciera ni las tantas veces que su agujero se apretaba con necesidad cada vez que lo veía.

tastes like summer, smiles like may│𝘁𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora