Capítulo 8: (Confusión)

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𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 𝑫𝒂𝒏

Duda, reflexión, incertidumbre, a veces estas ideas atraviesan mi mente, como si estuviera perdido por siempre en un mundo vacío, el no poder entender algo me frustra, siempre quiero sentir que tengo el control de todo, eso hacen las personas ansiosas, eso hacen aquellos que quieren lo mejor para todos, pero si realmente lo mejor es que las pase lo que deben enfrentar, no intervenir suele sonar cruel, en el fondo repara, la persona se hace más fuerte, estará siempre molesta contigo por no hacer nada y sanará por dentro con lentitud, se sentirá más capaz, la confusión actúa, en medio de un montón de basura revuelta, cuando todo pierde el sentido, en esos días, te preguntas una y otra vez cientos de cosas, tal vez nunca recuperes eso que anheles, pero está bien, al final recuperarás el sentido, solo debes darle tiempo.

En este momento, Noah y yo seguíamos observándonos, estábamos muy cerca el uno del otro, cuando la puerta se abrió revelando a Laura, quién discretamente se acercó, logró vernos, después retrocedió apenada y yo la detuve.

¡Laura!, espera... hmm, lo siento...— Le digo apenado y ella me mira con confusión.

No, yo lo siento, no debí haber entrado así como así, solo quería preguntarle a Noah si ya cenó...— Me giro cuando dice Laura y él se queda pensando

Cierto, hmmm, no, iré a la cocina...— Responde Noah y acto seguido camina saliendo del cuarto. 

Bien, es mejor que duermas Dan, Buenas noches...—  Dice y se aleja, la tomo del brazo con fuerza intentando detenerla

Laura... lo siento, yo... no fue mi intención... ¡Subirle tanto al volumen!— Le digo nervioso y ella se sonsaca.

—Dan, está bien, los vecinos aquí ponen música horrible todos los fines de semana, le suben tanto al volumen que retumba mi departamento, además... era buena música, y no se escuchaba en mi cuarto, así que...— Dice y yo asiento

Noah y yo, solo bailábamos...— Respondo y me hago ver obvio, por dentro siento el remordimiento de haberle dicho y me pongo más nervioso.

¿Y...?— Me dice, yo miro hacia los lados

Si él te gusta, ¿Quién soy yo para quejarme?— Pregunta, me asombro y ella sonríe.

Es que tú y yo, éramos novios hace tiempo...— Le susurro despacio y ella se ríe.

Dan, hablamos de cientos de años atrás, apenas si me acuerdo, ¿Por qué importa?— Dice Laura y yo me quedo sorprendido, tiene razón.

Como sea, me alegro por ti, pero ya tienen que dormir, descansa Dan— Afirma y me da un ligero abrazo, yo me quedo en silencio y asiento

Buenas noches L— Le digo y ella se ríe

Hacía años que ya no me llamabas con ese apodo— Responde y sonríe

Bueno, me parece divertido, ahora, que Dios guarde tu sueño, adiós— Le digo y me giro de regreso al cuarto, ella sigue su rumbo directo al suyo, cierro la puerta y me quedo en silencio pensando.

Llevo tanto tiempo junto a Noah, no lo había notado, ¿Será que siente lo mismo por mi?, me cuestiono de esto, a pesar de lo que creo y en que creo, mi madre siempre me ha enseñado a no crear juicios incorrectos de mi mismo, ella me dijo muchas veces que no le importaba lo que fuese, siempre y cuando siguiera con mi fe en Dios, aun así... Noah no querrá hablar de esto, si es la posible razón por la que su padre lo odiaba, entonces no sé que más hacer, por ahora mis dudas y confusión quedarán sin responder.

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