Gravity (4)

Capítulo: 14 (Aporía)

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𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 𝑵𝒐𝒂𝒉

Un escenario insuperable, así, sin más, no hay salida, no hay nada, el problema sigue el círculo vicioso que se encierra y se consume numerosas veces, la paradoja de estar encerrado entre los pensamientos más vagos y peculiares, no es algo que alguien quiera pasar, pero si el ritmo sigue y sigue, entonces esto representa el infinito. Intangible, pero diverso, incontable y a su vez, precioso.

Me perdí en culpa, el día que había tomado una simple decisión, acabé con la vida de 3 seres humanos en tan solo unos segundos, mi conciencia no puede olvidarlo tan fácil, tal vez, Dan aún lo siente, pero no me reclama, no me insulta ni me destruye por mis acciones, solo soy yo mismo arrepentido.

La única persona que más quería que viviera, era su madre, ella no tenía que pagar por mi error, cuando dejé esas lágrimas escaparse me sentía solamente enclaustrado en la píldora, en aquella vez que un simple descuido lo causó todo.

Por primera vez abro mis párpados y despierto justo en dónde sabía que estaría, la casa de Dan, sucumbida por la ausencia de luz, en esta dimensión, el dolor físico ya no estaba presente, a medida que me levanto despacio, cientos de objetos yacen en el suelo en pedazos, todo estaba tan roto, que me sentía de alguna manera identificado. Ignoro el resto de los pensamientos y solo camino por las escaleras, subiendo directo a un lugar que me haría recordar mi niñez unos segundos.

Hago los últimos pasos por los escalones y veo esa puerta, esa puerta que Dan y yo abrimos tantas veces, en todas las edades, muevo mis manos por la perilla y la abro, al entrar a la habitación, dejo los recuerdos pasar por mi mente.

El cuarto de Dan, su cama tendida, muchos dibujos en su escritorio, algunas libretas, su ropa, sus perfumes, cerca de la ventana, todas las cartas que le solía escribir y pasarle de alguna forma por la puerta de la entrada, cuando mi padre no me dejaba verlo, al fondo las luces brillaban muy tenues, su cuarto oscurecido y teñido de púrpura a causa del entorno, no se veían mejores, pero eran idénticos al mundo real.

Así que así es todo al final, entiendes por fin cuánto vale una persona y te sientes mejor viendo todo lo que construyeron juntos, la oleada de decisiones, cada preciosa ocasión fue parte de eso, y me reconforta mucho.

Un montón de ruidos sorprenden mis oídos, provienen de abajo, posiblemente en la sala, es como si estuvieran moviendo cosas, la angustia crece en dentro mío y comienzo a caminar de salida, bajando después por las escaleras y regresando a la sala a averiguar lo que sea que haya sido eso.

Abajo me quedo sin palabras, todo mi cuerpo se detiene en un deslumbramiento, ella está ahí, viva, todo lo que había visto destruido estaba perfectamente reparado y acomodado en su espacio, una mesa limpia y con tres platos, vasos y por supuesto cubiertos.

—¡Hola Noah! La cena está lista— Dice la madre de Dan risueña, mi cuerpo se queda estático y en shock al ver este escenario, ella sostiene una olla grande con sus guantes y de su cuello cuelga esa cruz.

—¿Qué? ¿No quieres cenar con nosotros? — Me pregunta y yo me atemorizo, no sé cómo reaccionar a esto, ¿Estoy enloqueciendo?

—¡Anda, ven siéntate! — Insiste tomando mi mano con suavidad y conduciéndome hasta la mesa, un intenso aroma recorre mi nariz, sumado a que la sala tiene una iluminación más fuerte, como la recordaba.

—Y-yo...¿C-cóm-cómo...?— Pregunto a punto de colapsar.

—¿Noah, te encuentras bien?— Dice intranquila, contengo vigorozamente mi respiración e intento actuar normal.