¿Él es mi hijo? (Omegaverse)

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Con total luz del día se encontraban alfa y omega recostado en una misma cama, sumergidos en su mundo e ignorando todo; desde llamadas en sus móviles, hasta la pequeña tristeza que la parte humana tenía. Todo parecía estar reducido al poder satisfacer aquellos deseos más ocultos de su libido, los deseos carnales prevalecían ante el raciocinio.

El alfa se encontraba besando de manera desesperada al omega. Su lobo interior no planeaba dejar a su otra mitad en un buen tiempo, podía sonar egoísta, pero el se planteó la idea de que si no hacía algo pronto, su omega sí desaparecería de su vida y aquel alfa no estaba dispuesto a soportar aquel sufrimiento por más tiempo.

El omega en cambio sólo quería que su alfa sobreviva, a pesar de que su parte humana se estuviera entristeciendo, por el momento eso no importaba, ya le dejo bastante tiempo el control de si vida y ahora debía escuchar sus instintos que le indicaban de manera casi efímera que debía proteger y resguardar el bienestar del alfa que ahora mismo lo estaba besando, aunque pareciera que se intentaba contener para poder calmar un poco su instinto.

Ahora misma quienes estaban en esa cama, compartiendo un momentos tan íntimo, no eran Jungkook ni Taehyung, si no que era alfa y omega. La parte humana parecía haberse rendido y sedido el control total de sus cuerpos.

La ropa del alfa se fue retirando de prenda en prenda hasta quedar solamente en ropa interior, una vez que se encontró con los ojos brillantes de su omega, no dudo y enseguida comenzó a sacarle toda la ropa para dejarlo en iguales condiciones en las que el se encontraba. Una vez los dos cuerpos se encontraban tan solo tapando sus partes íntimas con sus boxers, fue cuando ambos lobos sabían que no podrían detenerse hasta lograr llenar aquel instinto de deseo.

Los labios del alfa recorrían de manera lenta cada parte del cuerpo del omega. Cuando llego a la cicatriz que el omega tenía en el vientre bajo, no pudo evitar soltar un pequeño gruñido, pero eso no lo detuvo en su labor y continuó su recorrido por la piernas del omega. El alfa no estaba seguro si volvería a tener a su omega así en otra oportunidad, por eso aprovecharía para grabar cada parte del cuerpo de su otra mitad.

El omega sentia aquel toque tan diferente al que estaba acostumbrado, pero no podía ser un hipócrita, porque debía admitir que ese toque le estaba encantado, tal vez sea diferente pero el sentimiento transmitido era muy similar al que podía percibir comúnmente.

Las manos del alfa se dirigieron al bóxer del omega y sin perder tiempo bajo aquella prenda que ahora solo estaba estorbando. A metros de distancia se podía sentir aquella atracción sexual que poseían esas dos alamas.

La entrada del omega comenzó a soltar una gran abundancia de liquido, indicando que estaba listo para recibir a su alfa y poder llegar a sentir varias emociones que por mucho tiempo se habían privado. El alfa llevó su mano hacia la entrada húmeda de su omega y con agilidad introdujo un primer dígito, para poder preparar a su omega para finiquitar su acto de unión.

Los gemidos del omega y alfa inundaban cada rincón de aquel cuarto. En la entrada del omega tres dedos eran los que salían y entraban con gran rapidez, expandiendo lo más que podían aquella abertura. Aquella intromisión ya no le bastó al omega, por lo mismo dijo:

- Alfa, por favor ingresa en mi. - Suplico con la voz entrecortada.

El alfa muy complaciente retiró sus dedos y enseguida alineó su miembro en aquella entrada, sin perder tiempo se adentró de una sola estacada, disfrutando la calidez y humedad que aquella entrada le estaba brindando. Por otra parte el omega disfrutaba aquella sensación de ser llenado de esa manera algo violenta.

El alfa comenzó a moverse primero de manera lenta y dando directo en el punto erogeno de su omega, causando que este suelte casi gritos de placer por tal acontecimiento.