Capítulo 1

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Octubre ya había comenzado, las hojas de los árboles comenzaban a tomar un tono amarillento advirtiendo que pronto caerían, muchos odiaban esa estación puesto que, traía la obligación de barrer las hojas del jardín, la acera, quitarlas de los techos porque obstruían las canaletas de éstos, pero también existen quienes la aman como él, Erwin Smith, un maestro de segundo grado de una escuela primaria de la ciudad de Nueva Jersey, quien comenzaba su día bebiendo su adorado café sentado en su solitaria cocina, mientras veía a través de la ventana como el árbol que había plantado en su jardín hace un par de años, crecía vigorosamente.

Observó su reloj, la hora de irse llegó, buscó su maletín, un abrigo y salió camino a la escuela, a su cargo tenía un grupo de veinticinco niños, entre 7 y 8 años, algunos eran revoltosos, por supuesto, lo normal a esa edad. En el estacionamiento se encontró con su mejor amiga, Hange Zoe, la asistente social de la escuela:
- ¡Hey, Erwin! ¿Cómo estás? Ya se siente el cambio de clima – Saludó su amiga frotándose las manos.
- Hola Hange, estoy bien, las mejores temperaturas del año ya están aquí –
- Como digas - Rieron - Tengo que darme prisa, un niño nuevo vendrá a tu curso –
- Que bien, ¿sabes de dónde viene? – Le preguntó ingresando al edificio.
- Tengo entendido que es un niño de bajos recursos, tiene problemas de aprendizaje al parecer, Riko me dio una copia de su expediente de la escuela de donde proviene –
- De acuerdo, ¿conocen a sus padres? –
- A uno de ellos sí – Interrumpió Riko Brzenska, directora del colegio – Buenos días –
- Buen día, Riko – Saludó Erwin – ¿Qué clase de problemas de aprendizaje tiene? ¿O es un niño que le falta un empuje? –
- Eso lo averiguaremos, mejor dicho tú lo harás, estará a tu cargo, según el informe no es un niño problemático, hazle seguimiento por si necesita apoyo pedagógico extra –
- Bien, perfecto, me iré al aula, los niños ya comenzarán a llegar, nos vemos luego –

Erwin preparó como cada día, la bienvenida en su pizarra, llena de dibujos con tizas de colores, que debía borrar, claramente puesto que necesitaba la pizarra. Las clases comenzaban a las 8 en punto, con una sonrisa recibía a sus pequeños alumnos, Hange se acercó y le dijo que el niño nuevo estaba ahí, por lo que salió al pasillo para conocerlo…
- Hola pequeño, soy Erwin tu nuevo maestro, ¿cómo te llamas? –
- A-armin Arlert– Respondió con la mirada baja.
- Armin, bienvenido, aprenderás mucho y harás muchos amigos aquí – Armin asintió tímidamente – Ahora, ven, te presentaré – Dijo tomando su pequeña mano para ingresar al salón de clases.
- Chicos, su atención por favor – Les habló el rubio – Hoy, les voy a presentar a alguien, que será su nuevo compañero, vamos a darle nuestra cálida bienvenida, su nombre es Armin Arlert –
- ¡Bienvenido Armin! - Dijeron al unísono.
- Muy bien, así se recibe a un compañero - Les felicitó el rubio – Armin, por el momento te sentarás frente a mi escritorio hasta que te sientas cómodo, ¿de acuerdo? - El pequeño asintió con timidez.

La clase transcurrió con normalidad, Erwin ayudó a Armin, era un chico muy tímido, comprensible claro, escuela nueva, compañeros nuevos, un nuevo maestro, los vínculos de confianza no se forman mágicamente de la noche a la mañana, pensaba el ojiazul. En el receso observó que se sentó en un lugar apartado, se abrazaba a si mismo y su mirada siempre estaba “caída”...
- ¿Qué tal el niño, Erwin? - Preguntó Hange.
- Es su primer día, no puedo sacar conclusiones aún, pero míralo, es como si quisiera protegerse de algo -
- Es normal, ya veremos, sólo sé que vive en un barrio nada amigable, uno de sus padres, el que lo inscribió aquí, trabaja en varios lugares y el otro, está desempleado, salió de prisión hace un par de meses -
- ¿De prisión? -
- Sí, al parecer fue partícipe de un robo a mano armada -
- Oh, ¿es por eso que está tan supervisado? -
- Sí, está en la mira de un asistente social, avísame cualquier cosa que veas -
- Por supuesto -

El día escolar terminó, les dejó tarea, siempre buscaba la manera de hacer que ésta fuera divertida, sostenía que debían aprender jugando. Los acompañó a la puerta, como siempre, para controlar que fueran retirados por alguien que estaba a cargo de ellos, un método de seguridad que respetaba a raja tabla. Sostenía a Armin de la mano, no conocía a nadie de su familia...
- Armin, ¿quién viene por ti? -
- Mi papá - Dijo en voz baja - Ahí está - Y por primera vez en el día lo vió sonreír, Erwin siguió con la mirada donde el niño señalaba y vio a un joven pelinegro, delgado, de baja estatura en una bicicleta.
- Ok, te llevaré hasta él - Se acercaron a quien era su padre – Hola, mucho gusto, soy Erwin Smith, maestro de Armin – Se presentó.
- Levi, Levi Ackerman, papá de Armin … Hola, cariño - Dejó la bicicleta a un lado y abrazó a su hijo - ¿Estás bien? ¿Qué tal el primer día? -
- Estuvo bien, papá -
- Se portó de maravillas, es un buen chico – Dijo Erwin.
- Si hay algo que no dará Armin es problemas, Sr. Smith... Ok, es hora de irnos, sube Armin -
- Nos vemos mañana pequeño, un gusto Sr. Ackerman – El pelinegro le respondió con un asentimiento y se marcharon.

Erwin no dejó de verlos hasta que los perdió de vista, sintió algo en su interior cuando ese pelinegro lo vio a los ojos, esa mirada gris denotaba sentimientos de soledad, tristeza... Hange, seguramente le diriría que estaba exagerando, pero él siempre tuvo ese sentido de poder ver a través de los ojos de las personas, esperaba equivocarse...

Mis lectores!! El primer capítulo dejo  acá! Gracias por leer!! 🥰

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