Capítulo 11

195 30 3
                                    

Dieciséis días habían pasado desde el ataque que sufrió Levi, Thomas Arlert fue detenido luego de cometer asalto a mano armada en una tienda asesinando de un disparo a un empleado, los cargos le cayeron uno encima del otro, pasaría un largo tiempo en la cárcel, desgraciadamente Levi tenía que verle la cara cuando se llevasen a cabo los juicios.

El pelinegro recibió el Alta Médica, durante esos días, tomó contacto con su hijo por teléfono no pudo evitar las lágrimas cuando oyó su voz. Erwin le visitaba cada vez que podía, ese día iría por él...
- Con permiso - Comentó ingresando a la habitación - Hola, Levi – Lo saludó.
- ¿Erwin? Hola, ya casi estoy listo para irme -
- Veo que estás ansioso, déjame ayudarte, no quiero que te lastimes -
- Gracias, estoy feliz de ver a mi hijo -
- Lo sé, y él espera por ti... Levi, antes que nada, quiero hablar contigo – El pelinegro le puso atención - Quiero que vengas a mi casa, tengo una habitación extra -
- Erwin, ya has hecho demasiado, cuidaste de mi niño, sé que pagaste la cuenta del hospital, te debo tanto -
- No me debes nada, por favor ven conmigo, ¿qué harás en ese estado solo en casa? -
- Tienes razón, no puedo trabajar así, te devolveré todo, lo prometo -
- Ya, detente, eres pesado – Rieron – Anda, vámonos de aquí - Puso una mano en su hombro y salieron de allí.
El camino lo hicieron platicando, a veces era un monólogo de Erwin, pero hacía todo lo posible para que el pelinegro se sintiera cómodo. Era la primera vez que Levi conocía la casa del rubio, era bonita, se veía acogedora, un lindo vecindario, siempre soñó con que él y su hijo pudieran vivir en un sitio así...
- Bueno Levi, bienvenido – Le dijo el ojiazul abriendo la puerta.
- ¡Papá! - El azabache con dificultad se acercó rápidamente a su hijo - Papá -
- Aquí estoy, amor mío, aquí estoy – Con el brazo sano lo abrazó fuertemente - Mírate, tan guapo como siempre -
- Te extrañé mucho -
- Yo también, Armin... Deseaba mucho verte otra vez – El reencuentro conmovió a los presentes, entre ellos, Hange y Petra, a quien Levi ya conocía, puesto que le visitó un par de veces en el hospital para hablar de Armin.
- Mira te hice un regalo – El pequeño le entregó un par de dibujos donde en uno de ellos eran él y su padre, en el segundo aparecía además de ellos dos, el Sr. Smith.
- Vaya, son preciosos – Quería llorar – Me encantan, Armin –
- Levi, lamento interrumpir – Dijo Petra – Necesito saber, qué harás, dónde irás –
- El Sr. Smith, ofreció su casa para que pueda quedarme hasta mi recuperación, así Armin estará seguro, Srta. Ral, le agradezco mucho todo lo que hizo por nosotros, a usted Srta. Zoe también… Juro por mi vida que Armin tendrá la vida que merece –
- Lo sé, confío en ti, Armin lo hace y es lo que más importa –
- Levi, si quieres puedo mostrarte tu habitación – Sugirió Erwin – Chicas, ¿se quedan a cenar? –
- Yo tengo que irme, Erwin – Comentó Petra – La próxima semana, ahora debo hacer un par de informes –
- Yo también debo irme, Moblit me está esperando, dice que es nuestro Aniversario – Dijo riendo – Eso sí, Levi el viernes no te salvas de mí, es ritual reunirnos ese día aquí, conocerás a otro par de amigos –
- Eso sería estupendo – Dijo el pelinegro.
Cuando ambas mujeres se marcharon, el rubio lo acompañó donde sería su dormitorio.
- Espero que te sientas cómodo –
- Erwin, no sé como agradecerte, te debo la vida –
- Levi – Se acercó a él – Deja de agradecerme y no me debes nada, instálate, puedo traer la cama de Armin que está en mi habitación, ¿te parece? –
- Sí, me encantaría – Mientras Erwin iba por la cama, comenzó a sacar sus pertenencias, que eran muy pocas, miró a su alrededor, qué cálido se sentía, era diferente, pero sobretodo tranquilo porque su hijo estaba a salvo allí, iba a poder dormir sin tener que estar pendiente de que esa horrible bestia cruzara la puerta, Levi tenía la seguridad que siempre deseó.
- Muy bien – Dijo Erwin entrando a la habitación – La cama del pequeño héroe, así le digo yo – Rió – Las pondré juntas así están más cerca, Armin fue por sus muñecos y su libro, nunca se separó de él, desde que lo pudimos buscar –
- Fue el primer regalo que pude comprarle para uno de sus cumpleaños, cada noche le leía una historia, no importaba cuántas veces las haya leído, nunca se cansaba –
- Eres un padre excelente, te admiro, cuando quieras hablar de lo que sea, aquí estaré, ¿de acuerdo? – Levi asintió - ¿Me permites? – Nuevamente lo recibió entre sus brazos – Haré de cenar, hasta que no peses 200 toneladas no saldrás de aquí – Levi rio – Es la primera vez, desde que te conozco que te oigo reír, así quiero que estés – El pelinegro estaba conmovido – Siéntete libre de moverte como quieras en la casa, es tu lugar ahora… Si quieres servirte algo, lo haces, ver televisión, escuchar música, lo que quieras –
- ¿Qué clase de ángel eres tú? –
- ¿Acaso soy un espejo? ¿Por qué te hablas a ti mismo?- El pelinegro volvió a sonreír.
- Tomaré un baño –
- Lo que gustes… Oh, lo olvidaba… En esta casa hay reglas –
- ¿Reglas? –
- SÍ… Armin, ven a decirle a tu padre cuáles son las reglas de la casa – El pequeño apareció en la habitación con unos muñecos y su libro.
- Las reglas son: está prohibido decir “no puedo”, no se puede salir de la casa enojado –
- Y la más importante –
- Jugar y divertirse – Levi miraba a su hijo sorprendido – Papá, hay que respetarlas – Erwin sonreía.
- Con mucho gusto las respetaré – El pelinegro comenzaba a sentir una enorme admiración por ese hombre.
Erwin comenzó a hacer la cena, puso música infantil que cantaba como si no hubiese un mañana, sacándole pequeñas risas a Armin, Levi luego de tomar un baño se acercó a la cocina, en silencio observaba todo, se imaginó por un momento una vida así, pero en el fondo sabía que tarde o temprano eso tenía un fin…

Hola! Capítulo nuevo! Espero que les guste!! Gracias, muchas gracias por su apoyo!! 🥰 Buen Fin de Semana! Nos leemos el miércoles!

RenacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora