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Era solo una pesadilla ¿Cierto? No había manera de que fuera real, aunque el recuerdo transmitido de aquella manera no era más que eso, aunque aquellas sensaciones eran tan vividas que casi se podía asegurar que era algo que estaba sucediendo en verdad.

Y es que en la mente de SooBin estaba presente aquel recuerdo en que podía verse a sí mismo recostado contra la puerta de su cuarto encerrado mientras lloraba, ya era común para él el estar escuchando ahí afuera a su mamá y su hermana peleando por el mismo motivo de siempre.

La mamá de SooBin por más que casi nunca podía estar en casa siempre lo defendía ante su hermana, cuando se enteraba de que peleaban -o sea, de su vida diaria- salía inmediatamente a regañar a Lee JiEun, la hermana de SooBin.

Ambos eran hermanos por su mamá, sin embargo ambos tienen padres distintos que abandonaron a su mamá cuando supieron que iba a tener hijos y eran de ellos, razón por la cual sus apellidos son distintos.

-¡Lee JiEun, ya basta! ¡Ya te dije que no quiero que sigas con esos comportamientos! Estás muy grande para que te diga esto, pero ¿Es que acaso a ti te gustaría que te molestaran y te atormentaran sin motivo alguno?

-Tengo motivos ¿Ok? Esa cosa no es normal, y lo diré así porque no es un chico ni una persona, es esa cosa rara.

-Ya basta, me estás colmando la paciencia por completo, así que te pido muy amablemente y como una orden que te vayas de aquí, te encierres en tu cuarto y te calmes ¿Entendiste?

JiEun solo sonrió siniestramente y se acercó a su mamá para tomarla del cuello y empujarla casi inmediatamente al suelo con fuerza, dejándola algo atontada. Acto seguido, sacó de un cajón del mueble que había allí las llaves del cuarto de su hermano para abrir la puerta, provocando que el chico quedara completamente congelado.

-¿Qué pasa, SooBinnie? ¿Tienes miedo?- riendo un poco, la mayor se arrodilló detrás de SooBin sacando una pequeña navaja de su bolsillo, tomando con su mano libre la cintura del chico para acercarlo a ella y clavar ligeramente la punta de la navaja en su costilla, viendo cómo comenzaba a sangrar un poco, gozando de alguna manera los gritos y quejidos que salían de la boca de su hermano.

-¿Qué pasa? Si no estoy haciendo nada malo- la mamá de ambos chicos se acercó corriendo al cuarto tan pronto como pudo levantarse, intentando hacer que JiEun soltara al menor.

JiEun, ya te pasaste! Déjalo tranquilo ahora mismo, hazlo- al ver que no le hacía caso, mandó rápidamente un mensaje a urgencias con la dirección de su casa.

-Si tanto quieres hacerlo, entonces mátame de una vez, igual al parecer para ti solo soy una molestia...

•••

Con aquel pánico revivido por culpa de ese recuerdo, el castaño despertó agitado y con sus ojos llenos de lágrimas.

-¿Por qué tengo que soñar con esto siempre...?- masculló acomodándose boca abajo para ocultar su rostro en su almohada, dejando esta algo empapada por las lágrimas en su rostro.

Desvió su mirada hacia el reloj que tenía en su mesa de noche para revisar la hora.

Poco más de las dos de la mañana.

Bajó un poco su mirada a su abdomen levantando un poco la camisa que traía puesta, dejando ver una pequeña cicatriz en su costilla, recordando cómo estuvo bien al borde de la muerte en ese momento y aquel dolor horrible que sintió en el momento, aunque más que el dolor físico fue aquella emoción tan fea.

Sick Hearts [TXT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora