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Después de confirmar que los chicos seguían durmiendo -o al menos no tenían intenciones de salir-, YeonJun salió para dirigirse a la zona de urgencias un buen rato después de leer ese mensaje, no quería agobiar a Kai con su llegada tan pronta.

Apenas llegó allí y preguntó por el menor, se dirigió a dónde le habían indicado, iba a saludar de manera animada para intentar alegrarlo un poco, pero se dió cuenta de que seguía durmiendo.

—Lo siento... Creo que mejor me voy— murmuró antes de darse la vuelta para irse, aunque se detuvo al escuchar una voz suave.

—Sabía que vendrías en cualquier momento, no me iba a quedar sin saludarte— el pelinegro rió un poco y YeonJun suspiró sonriendo, entrando nuevamente para agarrar una silla y sentarse al lado de Kai.

—¿Pudiste descansar bien?

—Algo así, claramente tuve algo de miedo porque, sí, todo fue demasiado denso y repentino, pero ahora ya me siento mejor, al menos físicamente...

—¿Crees que quieras hablar ahora o cuando estés más tranquilo?

—Sé que no fue su culpa... Pero no puedo evitar sentir miedo y un ligero rencor, no es adecuado porque siento que de cierto modo puedo lastimarlo más, pero... No sé, es algo demasiado complicado de entender incluso para mí mismo sinceramente.

—Puedo suponer que lo es ¿Sientes que esto te mete en una clase de dilema?

—No lo consideraría un gran dilema, o al menos no en lo que yo considero que es un dilema como tal, pero lo que sí sé es que me mete en un conflicto enorme conmigo mismo y mis pensamientos y... Creo que sí es un dilema— el menor rió un poco.

—Buen análisis de cierto modo, te llevó a un resultado inesperado pero aún así demuestra tus pensamientos y sentimientos frente a la situación, por lo que se aprecia ese pequeño esfuerzo.

Estuvieron hablando un rato más, la conversación era tranquila y, aunque YeonJun podía notar cómo Kai de vez en cuando bajaba los tonos de su voz o frenaba se veía que sería fácil -o al menos lo más acercado a "fácil"- poder ayudarlos a él y a SooBin a volver a estar bien. Siguieron hasta que otra voz masculina se escuchó desde la puerta.

—¿Están aquí dos de mis personas favoritas?— Kai sonrió tan pronto como vió a quien estaba parado en la entrada, YeonJun curioso volteó a mirarlo, y al encontrarse con su mirada cubrió un poco su boca por la sorpresa alegre.

—Me enteré de que mi pequeña oruga finalmente rompió el capullo y está aprendiendo a volar con sus hermosas alas, así que debía venir a hacerle algo de compañía y darle un saludo especial— el rubio alegre se levantó de su asiento y se acercó a hablar al hombre que le estaba hablando, este correspondió al abrazo sonriendo de igual manera.

—¿Cómo ha estado la universidad?

—Algo complicada, los últimos años son algo pesados pero pronto, solo dos años y medio más y finalmente acabo. Aunque tampoco me puedo quejar de muchas cosas, la falta de vida social ayuda un poco a mantenerme enfocado en estudiar y por eso me va bien, no tengo casi planes por lo que puedo hacer cosas con mayor rapidez y así tomarme más tiempo para descansar.

—Supongo que es bueno, al menos no es tan malo como lo es para mucha gente, realmente me alegra verte bien, pequeño.

NamJoon, uno de los psiquiatras del hospital, a pesar de llevar poco tiempo en el lugar era considerado como uno de los mejores, también era bastante querido por la gran parte de los pacientes de allí por su buena actitud permanente.

Cuando YeonJun atravesó aquella época compleja de sus diecisiete a sus diecinueve años fue cuando NamJoon entró, y a pesar de que el apoyo que le brindaba no podía ser el mismo que el de un psicólogo especializado y su labor principal fuera suministrar y controlar sus medicinas, algunas palabras de apoyo fueron significantes para él, cosa que hizo que el chico pudiera ver a Nam como aquella figura paterna que le faltó en su vida.

Sick Hearts [TXT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora