DIA 9.- Procrastinación [Haruka PoV]

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Creo que NO está bien esperar un tren retrasado, ni siquiera de vez en cuando, en compañía de Makoto. Me arrepiento de pensar lo contrario, porque no es así. Es una BUENA idea ANTES de clases, pero es una MALA idea DESPUÉS de clases. Sí, ya lo comprendí y ya lo aprendí.

Un día antes, tanto él como yo, llegamos tarde a nuestras respectivas actividades en la universidad por la misma razón, aunque ninguno de nosotros obtuvo una sanción severa. Ni siquiera recibimos sanción alguna.  Las primeras nevadas de invierno entorpecían el tráfico en la ciudad y no eran pocos los retrasos que se daban en los horarios siguientes a la primera nieve del año. Sin embargo, Makoto no lo comprendía, ni de una ni de otra manera, ya fuera que lo dijera yo ó sus profesores y me había cansado.

Durante los mensajes que nos mandamos en el almuerzo lo mencionó. Durante la cena en el restaurante de ramen lo menciono. Durante el camino hacia mi departamento lo menciono. Antes de dormir lo menciono y entonces yo ya estaba más que cansado. Lo bese con la intención de callarlo, pero entonces mis intenciones cambiaron y terminamos durmiendo exhaustos y sudados, desnudos el uno al lado del otro.

Makoto, a veces, necesita relajarse y descansar, dejarse llevar. También necesita, en esas veces, que se lo recuerde y la mejor manera de hacerlo es castigándolo.

Cuando desperté, él ya estaba leyendo alguno de sus libros de la universidad. Me gustaba como se veía con sus lentes y me gustaba como fruncía el entrecejo con su atención, pero no me gustaban las marcas obscuras bajo sus ojos y tampoco como sus párpados se inclinaban con somnolencia. Makoto hacía su mayor esfuerzo, está bien, pero en ocasiones iba mucha más allá de si mismo incluso.

—Buenos días.

—Buenos días, Haru —respondió. Bajó levemente el libro sin separar su vista de él, y arrepintiéndose, lo subió nuevamente por un momento. Mordisqueó su labio mientras leía una última vez antes de bajar completamente el libro—. ¿Cómo dormiste?

—Bien —respondí, quitándole el libro de las manos. Comencé a hojearlo sin interes—. ¿Tarea?

—Sí.

—¿Urgente? —pregunte levantando la mirada hacia él. Makoto titubeo.

—No —suspiro derrotado, mientras una sonrisa aparecía en sus labios. Sabía que no lo mestaría si era algo importante, pero tampoco le gustaba decirme qué sí lo era y qué no—, es para la próxima semana.

—Entonces es hora de descansar, tonto.

Deje el libro en la cama y me acerque a Makoto. Bese sus labios y sin separarme de él me acomode sobre su regazo. No podría describir el sabor de su boca. Makoto simplemente sabia a Makoto y me gustaba. Tras mis ojos cerrados, apenas lo sentí alejarse un poco de mi boca antes de percibir sus mordidas pequeñas y lánguidas en mi labio. Mordí su labio inferior con un poco más de fuerza y escuche un gruñido. Extraño. Me asusto. No se parecía a los gruñidos que escuche de él en la noche anterior.

—¿Makoto? —busque su mirada con insistencia, pero me evadía a cada intento—. Makoto, ¿te lastime?

—No, Haru. Estoy bien, solamente —gruño de nuevo y entonces comprendí—... Solamente tengo hambre. ¿Desayunamos juntos?

—Por su puesto que sí, tonto —le di un beso en la frente y me levante, seguido de él—.

Después de recoger nuestras ropas del suelo, nos vestimos y, besos y miradas irritadas más tarde, convencí a Makoto de ordenar comida a domicilio. Desayunamos pizza cuando los gruñidos en su estomago lo obligaron a comer y a dejarme comer sin sentir la culpa de romper mi dieta de entrenamiento por un día. Realmente no sabía qué hacer, solamente quería dejar la universidad a un lado por un momento y disfrutar el fin de semana con él.

—¿Y qué haremos —preguntó extendiéndose para tomar otra rebanada más de pizza— durante la hora de descanso?

—Nada —conteste—.

Yo también extendí la mano para tomar otra rebanada. Nuestras manos se rozaron en el proceso y levantamos la mirada para observarnos durante un instante. Makoto se sonrojo, sonriéndome. Yo también sonreí.

—¿Nada como en "Absolutamente nada"? o ¿nada como en "Nada relativo a la escuela"? —alce solamente una ceja, sintiendo como su gemela se hundía levemente en mi frente—. "Nada relativo a la escuela". Está bien. Y ¿qué quieres hacer, Haru-chan?

—Primero, que quites el "chan" de mi nombre. Después, todo lo que tú quieras, Makoto.

—Entonces, primero terminaremos de desayunar y después nos bañaremos juntos —seguramente, mis ojos brillaron y mis mejillas se sonrojaron, porque rió cuando me apresure a tomar una rebanada más de pizza—. Quiero ir al restaurante de ramen para la comida y después ir a un café que me recomendaron en clase. Dicen que es especialmente cálido durante los días fríos.

"También nuestra habitación es especialmente cálida y durante cualquier día del año", pensé. Makoto probablemente lo leyó en mi mente porque de inmediato se sonrojo y aparto la mirada.

—Podríamos pasear un rato o pasar a mi departamento, pero me gustaría dormir de nuevo con Haru-chan, si no te molesta —negué con la cabeza, aquí o allá, mientras fuera con él estaba bien—. Hay también una novela que quiero empezar a leer, pero ya después de cenar... ¡Oh, es cierto! Haru dijo que haríamos lo que yo quisiera, pero ¿no hay algo más que quieras hacer? Además de que quite el "chan" de tu nombre.

—¿Puedo dibujarte mientras lees? —rápidamente asintió con la cabeza— Y ¿podemos hacer el amor después de eso? —de nuevo asintió con la cabeza, esta vez lentamente. Bajo su cabello note como el sonrojo le subía desde las mejillas hasta las puntas de las orejas. Sonreí—. Llenare la tina, entonces. No quiero que se haga tarde.

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