DIA 12.- Ahorro

347 35 3
                                    

—Buenas noches, Haru.

—Buenas noches, Makoto.

Pasó un momento completo en el que solamente se miraron directamente a los ojos, La noche era cálida y tranquila, perfecta para ellos. Ambos estaban sonrojados; podían sentirlo en ellos mismos y verlo en el otro. Sonrieron y compartieron una risa. Makoto se inclino sobre Haruka y besó sus labios antes de que el moreno le robara otro beso al castaño.

—Entra. La cena ya está.

Los nervios que se transpiraban sobre ellos se disiparon. Era el primer aniversario que celebraban en su noviazgo. Haruka había preparado la cena, mientras Makoto había comprado la bebida. En la cocina, la mesa ya se disponía con un pequeño arreglo floral al centro de platos, cubiertos y copas sobre un mantel de pálido color azul. Dos sillas descansaba alrededor, una a cada extremo de la mesa, encarándose.

Haruka servia los platillos cuando Makoto se acercó a él, envolviendo su torso con ambos brazos

—¿Necesitas ayuda, Haru? —pregunto Makoto, observandolo por encima de sus hombros.

—Sí, Makoto. Sirve el vino, por favor.

—Com mucho gusto —a las palabras del castaño las siguieron un beso y un mordisquito en el cuello del moreno, exaltándolo—, Haru.

El vino blanco ya estaba servido en las copas y la cena en los platillos. Makoto y Haruka ya estaban sentados a la mesa, cenando juntos. Realmente, el.menor no tenía ni la mínima idea de qué había cocinado el mayor, pero lucía realmente apetitoso y conociendo los dones culinarios de Haruka, Makoto estaba seguro de que sabía delicioso. Probó el primer bocado y sus ojos brillaron en deleite.

—La comida de Haru está deliciosa, como siempre —rió Makoto—. Siento que estoy comiendo algo rico y costoso. Es extraño. ¿No es así, Haru?

—Sí. Muy extraño —respondió Haruka comiendo un bocado más—. Solamente me costo un par de ahorros. No es nada caro.

Makoto se preguntó cuánto dinero valían "un par de ahorros" y "nada caro", pero tampoco se lo pregunto a Haruka.

Terminaron la cena con el estómago lleno y la botella vacia hasta la mitad. El vino hacía más efectos en Makoto que en Haruka, pero tampoco los suficientes para que el castaño se dejara llevar por el juego del moreno, cuando Haruka cambió la silla por el regazo de Makoto y comenzó a mimar su cuello con besos y algunas lamiditas a las que seguían ocasionales mordisquitos.

—¡Esp-pera! ¡No, Haru! —Makoto pujó los hombros de Haruka para alejarlo cuando sintió como el bulto en su entrepierna rozaba el bulto en la entrepierna de su pareja— No po-podem-mmm...

Haruka interrumpía y distraía aMakoto, tocándolo en las partes más placenteras de su cuerpo. Las caderas frotando su miembro, las manos acariciando su pecho y los labios comiendo su cuello ya lo hacían entrecortar sus palabras con gemidos.

—¡Haru-chan! ¡No! —Makoto acuno las mejillas de Haruka en sus manos para alzar su rostro hacia él. Por un momento las manos y las caderas se detuvieron—. No podemos hacerlo, Haru. Ya no tenemos más condones, ¿recuerdas?. La última vez que hicimos el amor nos los acabamos.

—Makoto —el moreno imitó al castaño y tomo sus mejillas en las palmas de sus manos—, yo... —la mirada de Haruka habló por él con la mirada de Makoto —.

—¿¡A-Ahor-rras-ste pa-para comp-prar co-co-condo-dones!?

—Y lubricante.

—¡¡¡Ha-Haruka!!!

# MakoHaruMako Fest #Donde viven las historias. Descúbrelo ahora