Capítulo 10

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Cada uno por su parte regresaron a Arce Mysteria. Intercambiaron miradas en la entrada como si nada hubiera pasado y siguieron sus caminos. Sarah debía concentrarse en sus estudios. Según sus amigos debía aprender a usar todas sus habilidades y manejar su energía. Este va a ser un viaje largo, complicado y divertido.

¡Sarah! –escuchó a lo lejos, entre la gente encontró a James. –Ayer te perdí en la fiesta, supuse que estuviste con tus amigos. Veo que como siempre se te hace fácil socializar. –ambos rieron y conversaron sobre quedar después para comer mientras James la acompañaba a su clase.

Sarah se concentró en su clase de magia y logró varios conjuros. Mientras que aprendía se equivocaba y algunas personas le ayudaron a perfeccionar sus hechizos. Como dijo James, se le hace fácil hacer amigos por lo que terminada la clase salía con amigos nuevos, o al menos peculiares interesados en ayudarla. Estaba muy feliz de su avance ya que tenía que ponerse al corriente con los demás.

Por ahora todas sus clases eran de brujería porque era la única peculiaridad que se manifestaba en ella. Así que su siguiente clase sería de adivinación. Era la primera vez que haría esto, antes ya había ido con una vidente para que adivinara su futuro, pero nunca había intentado hacerlo por sus propios medios. En realidad, a pesar de que le gustaran todas las series de brujas, siempre le dio miedo experimentar por su cuenta.

Esta clase se basaba en leer cartas e intentar tener una idea de lo que puede pasar en distintos escenarios en los que se encuentren en su vida. La clase fue un completo reto para Sarah. Ella no lograba concentrarse, algo no dejaba de darle vueltas. Ella recibe clases para principiantes y según lo que dijo Scott, Branwen sabe mucho, ¿qué hacía en su clase la otra vez? De igual manera intentó seguir el hilo de la clase, pero la idea de ir con James a comer no la dejaba en paz, estaba muy emocionada. Él fue su primer amor.

Por fin era hora de reunirse con James. Irían a cenar, así que Sarah usó uno de sus hechizos recién aprendidos y cambió su atuendo. James llegó por ella y partieron a un restaurante cerca Arce Mysteria. –Aún te gusta la comida italiana, ¿no? –preguntó a Sarah. –Claro que sí, eso nunca va a cambiar.

Entraron al restaurante, era bastante fino. Ordenaron su comida con un poco de vino. Su conversación fluía como de costumbre. El tiempo parecía no haber pasado entre ellos. Hablaron sobre el pasado, el presente y su futuro. Era claro que no dejarían todo botado. La noche transcurría con rapidez y una vez que pagaron la cuenta, James la llevó a su casa. Sarah le avisó a Scott que no llegaría esa noche.

Cuando llegaron, James le ofreció una copa de vino. Se sentaron en la sala para continuar su conversación. James comenzó a acariciar el brazo de Sarah con delicadeza. Se miraban a los ojos con un gran silencio entre ellos, este no los incomodaba para nada. James pasó su brazo por encima de Sarah para encender una lámpara, esto hizo que quedaran más cerca y cuando menos lo esperaba la besó. Sarah no negó el beso. Las cosas entre ambos se prendieron. Entre jadeos provocados por las caricias de James, Sarah accedió a subir a su habitación. James la agarró por los muslos y subieron. Mientras subían, ella se encargó de besar su cuello, esto lo excitaba tanto que sin darse cuenta apretaba cada vez más los muslos de Sarah. La tiró en la cama, se quitaron toda la ropa y tuvieron el mejor sexo de reencuentro nunca antes visto.

A la mañana siguiente llegaron juntos a la academia. Fueron a sus respectivas clases y quedaron de verse en la noche. Llegando a su clase algo llamó su atención, volteó para asegurarse que no era nada, pero se encontró en escenario un tanto raro. El tiempo se frenó. –Hola soy Colin. –Sarah quedó boquiabierta al ver a ese chico tan guapo, casi que brillaba de perfección. Un chico alto, con su pelo entre castaño claro y rubio, flaco y ojos claros. –Eres Sarah, ¿no? –preguntó. –Sí... –respondió con dificultad. –Qué bueno, eres mi compañera de pociones. Espero no te moleste. –Para nada. –dijo Sarah caminando a su lado.

Este chico sabe cómo poner nerviosas a las chicas. Rosaba su mano con la pierna de Sarah cuando algo se caía. Movía su perfecto cabello cada vez que se levantaba y como si no fuera poco su voz grave la estaba volviendo loca. Sarah, recién lo conoces y estás hablando de nuevo con James, no puedes dejare llevar así, se dijo ella misma en su cabeza. Esta sería su clase favorita por siempre que él fuera su compañero.

La clase avanzaba con tanta lentitud para Sarah. No porque fuera aburrida, sino porque los nervios se le notaban cada vez más, no podía estar cerca de él por más tiempo. Sin embargo, para su desgracia Colin era muy amable, tanto que la invitó a almorzar con él y ella no puedo negarse.

Saliendo de clase, partieron a comprar su almuerzo, pero Colin le propuso hacer un picnic con lo que compraran. Así que Sarah aceptó. Cada uno compró su almuerzo, buscaron la sombra de un árbol en el campus y se sentaron debajo de este. Colin hizo un hechizo para aparecer una manta en la cual sentarse. –Veo que la magia se te da muy bien. –dijo Sarah empezando a comer. –La verdad sí, sonará arrogante, pero vengo de una familia bastante habilidosa. –respondió mirándola a los ojos. Esto la puso tan nerviosa que empezó a toser porque el bocado que intentaba tragar se fue por otro lado. Tremenda manera de empezar, haciendo el ridículo, pensó. Colin le ofreció agua para bajar su tos, en verdad estaba siendo muy amable con Sarah.


Arce MysteriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora