Capítulo 13

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La combinación entre rock y pop era normal durante el viaje, sus gustos eran bastantes variados así que no había problema en qué música escuchar. Siempre era un viaje entretenido. Sarah usualmente se perdía en el paisaje. Era muy normal que en su mente estuviera imaginando lo que iba a encontrar en la siguiente parada. Entre la música, el paisaje y su mente se lograba crear las mejores historias en su cabeza. Cuando caía en la realidad del viaje volteaba a ver a Colin, no sabía si era el viaje o simplemente el viento en su cabello, pero se estaba enamorando de él.

¿Qué pasa? –preguntó Colin al sentir su mirada. –Nada solo pensaba en lo que podría pasar por tu mente. –respondió con tranquilidad.

Sarah no podía dejar de observar sus labios. En su mente esos labios le recorrían su cuello hasta que con besos delicados llegaba a su vientre. Sus manos recorrían su cuerpo con delicadeza causando así un escalofrío de deseo. Podía sentir cómo su mano se iba metiendo entre sus bragas lentamente, cuando las iba sacando agarró sus glúteos con fuerza lo que la volvió loca.

 –¡Sarah, respóndeme! –dijo Colin despertándola de su sueño. –Perdona no te estaba prestando atención. Ya casi llegamos. –dijo con su voz entrecortada.

Por fin lograron llegar a Non Spe, el hospital abandonado. Ambos estaban emocionados por ver lo que este tenía para ofrecerles. El miedo era parte de esta experiencia ya que no sabían con qué se iban a encontrar. Tampoco podían confiar plenamente en un mutantur y en lo que decía.

-¿Sabías que Non Spe significa no hay esperanza en español? -dijo Colin. Sarah solo lo volteó a ver dejando un silencio entre ambos mientras contemplaban el hospital abandonado. Una brisa helada les chocó de lado.

Tragaron fuerte y decidieron entrar a investigar. Tomaron caminos separados para cubrir más terreno. Sarah por su parte decidió iniciar buscando los expedienes de los pacientes que estuvieron internados. Mientras tanto Colin buscaba algo que les diera pistas sobre el amuleto.

Muchos han entrado a saquear lo que quedaba dentro de este, así que la búsqueda no resultó tan difícil, no había muchos lugares dónde esconder objetos. Colin se interesó en un viejo diario. Estaba muy empolvado, pero este no se veía tan demacrado como para ser de un paciente. Procedió a leerlo. 

Este diario pertenece a Simus Rowan. Su historia era distinta a la de los pacientes, él fue un aventurero como sus amigos quienes investigaron por un largo tiempo el hospital. Ellos se encargaron de documentar todos los hallazgos, tanto los casos de los pacientes que encontraron como su investigación del porqué el hospital cerró sus puertas. El diario relataba cada día que pasaban investigando el hospital. Detallaba cada expediente, desde fecha de nacimiento hasta día de defunción. Había algo en común, los pacientes fallecían cada seis días. Las cuentas de Simus no fallaban, el porqué no era tan claro. 

Mientras más pasaban los días los amigos de Simus empezaron a enfermar. Ya no era algo nornal, actuaban diferente según relata el diario. Cada uno luchaba por rasgar una pared en específico y si se llegaban a encontrar de frente era como si no se conocieran entre ellos. Como amigo fue difícil ver sus cambios y por esto Simus creyó que era momento de marcharse de allí. Lo que relata en su diario termina en catástrofe, cada miembro del grupo murió desangrado después de estar día tras día rasgando la pared del segundo piso. 

Colin caminaba mientras leía el diario y en eso se percata que se encuentra en el segundo piso donde se supone está la pared en la que todos los amigos de Simus perdieron la cordura. Cuando Colin se da cuenta de esto un frío le recorrió todo el cuerpo, analizó su alrededor y solo encontró un olor espantoso. Se tapó la nariz y continuó leyendo. 

Arce MysteriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora