Capítulo 12

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Cuando llegaron a la posada siguieron los consejos. No quisieron hablar con nadie, pero las miradas mientras iban subiendo las escaleras eran bastante incomodas. Eran de esas miradas que te penetran hasta el alma. Cerraron la puerta con llave. Sarah se asomó por la ventana mientras Colin iba al baño.

-Colin tengo miedo. –Dijo Sarah viendo a varias personas en la calle que había frente a la posada mirando hacia su habitación. –Siento que están esperando a matarnos o algo.

-No digas eso. Seguro solo nos están jugando una broma. Cierra la cortina y recuéstate. Mañana tenemos que caminar mucho. –respondió Colin.

Mientras conciliaban el sueño hablaron de ir al cementerio. Se intentaban imaginar cómo sería y si lograrían encontrar el amuleto de Leanne. En sus libros dice que el brujo que posea este amuleto podrá crear hechizos nuevos con mucha más facilidad. Logrará hacer hechizos de localización si un pago de sangre y en general la magia sería más fácil para quien tenga en su posesión el amuleto. Leanne fue la bruja más poderosa de su aquelarre. Cuentan las leyendas que varios vampiros, licántropos, sirenas y otros brujos se pusieron de acuerdo para lograr matar a Leanne. El amuleto solo podría ser arrebatado de su cuerpo sin vida por alguien como ella, una bruja pura de corazón.

Cuando ya se estaban quedando dormidos escucharon como las personas que estaban afuera los llamaban por su nombre. También se escuchaban gritos de auxilio. Esto los puso muy nerviosos. No querían prestarle atención, querían creer que solo era su imaginación. Así que pusieron música para intentar apagar los gritos y los llamados que hacían.

Amaneció y decidieron emprender su viaje en busca del amuleto a pesar de lo que decían las leyendas. Ambos estaban dispuestos a arriesgar sus vidas por esa aventura. Pero antes de salir se fijaron si las personas seguían abajo y para su sorpresa ya no había ni un alma. Era muy raro, pero no iban a retractarse. Había que intentarlo. De esta manera, buscaron un mapa que los guiara a la tumba de Leanne y emprendieron su caminata.

–¿Escuchas eso? –preguntó Colin.

–No me quieras asustar. –le respondió Sarah.

–No, hablo en serio. Escucho como unos tambores. Vienen por nosotros.

–No digas eso Colin, me asustas. –Sarah golpea en el brazo a Colin y este se ríe. –Mira ya llegamos. Cementerio Solus Aeternam.

Sacaron su mapa y empezaron a buscar la tumba. Mientras más se adentraban en el bosque más pesado se sentía el ambiente. Sarah sentía como si alguien la estuviera observando desde lo lejos entre los árboles. Y Colin por su lado tenía el presentimiento de que algo se avecinaba.

El viento empezó a soplar más fuerte. El frío calaba hasta los huesos. –Ya estamos cerca. Puedo sentirlo. –dijo Colin.

Lograron divisar a lo lejos una tumba sencilla con flores que la cubrían por todo lado. Según varias leyendas la tumba de Leanne pasaba todo el año con flores ya que era una bruja blanca. –Es esa. –dijo Sarah para que Colin levantara su mirada.

Cuando se acercaron, encontraron que estaba vacía. Alguien se había llevado el amuleto. La sensación se hizo más fuerte.

Colin, -dijo Sarah con voz temblorosa mientras se aferraba a su brazo –¿no sientes como si nos estuvieran observando?

Del silencio al caos. Saltaron cinco mutanturs de la nada. Eran horribles. Su mirada hacía que tus peores miedos se hicieran realidad. Colin sacó su varita. Lanzó un hechizo para alejarlos. No duró mucho. Traían refuerzos. Esto no era bueno. Ambos perdían energía cada vez que se enfrentaban a un mutantur. Era como si con cada mirada vieran guerra, muerte y sus peores temores. Sarah subió a la tumba. –¿Qué haces? –gritó Colin.

I am my mother's savage daughter

The one who runs barefoot

Cursing sharp stones

I am my mother's savage daughter

I will not cut my hair

I will not lower my voice

Sarah empezó cantar. Este era un hechizo bastante poderoso. Esta es la clave de una bruja blanca.

No sé qué haces, pero no pares, parece que los controlas. –dijo Colin casi desmayado.

We are all brought forth out of darkness

Into this world, through blood and through pain

And deep in our bones, the old songs are waking

So sing them with voices if thunder and rain

Sarah era una de las brujas más poderosas, pero ella aún no lo sabía. Logró controlar a los mutantur. Uno de ellos le habló por telepatía y le dijo que el amuleto estaba en el hospital abandonado de Non Spe. Sarah agarró del brazo a Colin y salieron huyendo de ahí. Los mutantur los siguieron hasta la entrada del cementerio, pero no con el afán de matarlos, sino con el propósito de proteger a Sarah de cualquier mal. En ese cementerio no estaban solos.

Sarah no sabía que podías hacer eso. ¿Qué fue? –preguntó Colin asombrado.

La verdad no lo sé. Algo en mí dijo que debía hacer eso. Mis pies sabían cuando pisar y mi boca soltó las palabras de esa antigua canción. –dijo Sarah desconcertada. –La verdad sentí como si Leanne me hablara. Fue como sentir a madre a mi lado. Es extraño.

Regresaron por sus pertenecías a la posada de Luciel para emprender su viaje al hospital Non Spe. No querían saber nada de ese lugar. Por poco y pierden la vida. Pero ellos no se darían por vencidos tan fácilmente. Algo en Sarah le decía que ese amuleto debía encontrarlo. Así que emprendieron su viaje al nuevo destino.

Arce MysteriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora