Créditos del fanart al autor/a.
Isabelle y Simon acompañaron a Maia hasta El Lobo de Jade, mientras Jace fue con Sebastian de vuelta al Instituto. Por su parte, Alec quería estar solo y fue a dar un paseo por las nocturnas calles de Nueva York. Necesitaba pensar, olvidar, dejar de sentir... Aunque estaba dolido, tenía seguro que conocer a Magnus fue lo mejor que le pasó en la vida. Sacó el colgante del interior de su camiseta para sentirle más cerca. A pesar de que le rompió el corazón, él quería protegerle de cualquier mal. Miró al cielo buscando las estrellas, pero la luz de las farolas y la contaminación impedían ver algo. Siguió caminando sin rumbo, absorto en sus pensamientos. >>Alexander Lightwood, ha vuelto a acabar contigo<<, se dijo a sí mismo.
La mañana siguiente no tardó en llegar. Maryse no había dormido nada, lo acontecido la noche anterior le dejó dando vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño. Tenía que hacer algo por su hijo, si no era arreglar su relación, al menos hacer una tregua y que reinara la paz. Sacó la ropa del armario, se la puso para después marcharse sin ni siquiera desayunar.
En menos de media hora ya estaba en el apartamento de Magnus. Las puertas se abrieron, no obstante ella esperó en la puerta a que le concediera el paso. No quería parecer maleducada, bastante tenso estaba ya el asunto. El brujo se asomó sorprendido al ver que nadie entraba y la vio allí parada. Le sostuvo la mirada sin decir ni una palabra. No esperaba visitas, mucho menos la de aquella mujer. Hizo un gesto con la mano para que entrara. Dudó un instante si ofrecerle una copa o directamente preguntar cuál era el motivo de su visita. Aunque no hizo falta porque Maryse habló sin pensarlo más.
-Puede que te sorprenda mi visita, créeme, incluso yo lo estoy. Pero es necesario mantener esta conversación dado lo ocurrido últimamente- hizo una pequeña pausa. Magnus intentaba averiguar qué diría, pero por el comienzo, le resultaba imposible pensar la dirección que tomaría aquella charla.
Presidente Miau paseó por la estancia ajeno a todo lo que podría suceder entre aquellas paredes. Podría crearse una nueva Guerra Mundial, sería lo más lógico, pero él solo quería estar tranquilo. La mujer le miró de reojo mientras el animal se tumbaba en el sofá tranquilamente.
-Primero, quería agradecerte que salvaras la vida de mi hijo en su infancia y ahora. También la mía, después de todo lo sucedido durante estos años podrías haber dejado que acabaran conmigo para quitarte un problema del medio. En vez de eso, te la jugaste por mí- continuó. Aunque sonaba sincera, el brujo no se fiaba del todo. Era difícil creer que Maryse Lightwood le agradeciera algo, había cosas que se le estaban escapando.
-Puede que no nos agrademos, sin embargo tampoco dejaría que murieras. Mucho menos después de conocer a tus hijos, me caen bien- quería decirle lo mucho que le importaba Alec. Daba igual el daño causado, no dejaría que sufriera, solo pensaba en su felicidad. Sintió una opresión en el pecho.
La mujer dibujó una sonrisa fugaz en su rostro. Observó al brujo con detenimiento. En sus ojos se veía la desesperación junto a la pena, pero también había amor en ellos. El mismo que vio la noche anterior cuando hablaba con Alec.
-Sé lo que sientes por él. Le amas y aunque puede que no lo creas, es totalmente mutuo. Fui yo quien le amenacé con quitarle las runas si seguía contigo. En realidad, su padre me convenció para que lo hiciese, pero no puse ninguna pega, por lo que soy igual de culpable. Mi hijo te ama y si realmente le quiero, no puedo dejar que sufra de esta manera. He podido descubrir en ti la bondad, estaba totalmente equivocada contigo. Con esto solo pretendo que hables con él, ninguno merecéis sufrir- sonó levemente exasperada.
Magnus miró al techo y suspiró. Sintió una punzada de alivio, si todo salía bien, volverían a estar juntos pronto. Dio un trago a su Martini, se colocó el pelo con las manos y acompañó a Maryse hasta el Instituto.
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El amor verdadero nunca muere (Malec)
FanficLos demonios atacan de nuevo a los mundanos y los Cazadores de Sombras se preparan para luchar contra ellos. Alec Ligthwood, no solo tendrá que enfrentarse a esos seres, también deberá superar los problemas familiares, cumplir con sus obligaciones y...