𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷𝟶

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𝙱𝚘𝚖𝚋𝚊𝚜

28 de Febrero de 1945

De repente un sonido ensordecedor cubrió sus oídos, sólo podía escuchar un fuerte pitido que no lo dejaba pensar, se quedó completamente en shock y no pudo moverse, cayó al suelo sentado y no pudo hacer nada, hasta que la judía salió de la habitación de su padre, éste último también salió de la habitación de su hermano, la mujer agarró al niño y corrió escaleras abajo hacia donde también corría su padre, entonces sus ojos se cerraron

La dulce voz de aquella mujer judía le hacía recordar la voz de su madre y en su inconsciencia recordaba como su madre solía cargarlo y jugar con él, antes de quedar dormido abrió sus pequeños ojos color esmeralda, la mujer lloraba en silencio mientras acariciaba su cabeza con calma

Al despertar pudo ver como su hermano dormía en los brazos de su padre, habían unos cuantos soldados alrededor, la judía lo abrazaba suavemente para mantenerlo caliente, algunos soldados platicaban de cosas de sus vidas mientras otros esperaban al final del bombardeo

Aunque sabía que estaba a salvo no se atrevió a voltear la cabeza, actuó como si siguiera dormido y sin querer lo hizo de verdad, la judía lo juntó más a su pecho para darle calor

Pasaron varias horas antes de que los bombardeos cesarán, los soldados salieron primero, asegurándose de que no habían peligros, luego salió Reich y por último la judía con el pequeño alemán en sus brazos, ella se adentró a la casa y subió las escaleras para llevar al niño a su habitación donde lo recostó en su cama

La mujer estaba cansada, se recostó ella también para descansar un rato, miró atenta el techo y sin darse cuenta se quedó dormida

20 de Agosto de 1940

Todo era tan confuso y molesto, no podía entender el porqué la cuidaba para después golpearla, si tan sólo tuviera fuerzas, se sentía tan inútil, ella tan solo quería que todo volviera a ser normal, que el Sol brillará radiante en el cielo, poder correr descalza por el pasto mojado...

Sin darse cuenta pequeñas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, con sus manos cubrió su rostro y comenzó a llorar, como si fuera una niña, la puerta se abrió y el de esvástica entró a paso lento para finalmente colocar su mano derecha en la cabeza de la chica, mientras acariciaba su cabeza trataba de encontrar unas palabras fuertes pero dulces que la calmaran

- Judía... No llores

Finalmente dijo, unas cortas palabras que hicieron que la mujer se asustara y parará de llorar para entrar en miedo

- Escucha... No estoy aquí para golpearte o regañarte, solo tendré que decirte un par de cosas, escucha atentamente ¿de acuerdo?

La judía asintió asustada aún con sus ojos cristalizados, él comenzó a decir cosas que ella aún no entendía, se sentía confundida pero prestó atención a las palabras

𝙹𝚞𝚐𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚊 𝚕𝚊𝚜 𝚎𝚜𝚌𝚘𝚗𝚍𝚒𝚍𝚊𝚜 《Countryhumans 》1939 - 1945Donde viven las historias. Descúbrelo ahora