𝚂𝚞𝚎ñ𝚘𝚜 𝚊𝚖𝚊𝚛𝚐𝚘𝚜
10 de Agosto de 1940
La noche era un poco oscura, podía escuchar los murmullos y risas de los tres en la sala, podía sentir el dolor que esa pobre alma le causaba
Desde que Reich lo había invadido éste se dedicó a planear la forma de matarlo comunicándose con el actual enemigo de aquel maldito de esvástica
Más no esperaba ver la densa y fina piel blanca que aquella joven poseía, al voltear a su dirección se había percatado de la enorme estrella que portaba en su rostro, aquella estrella que le recordaba a cada judío capturado y masacrado como animal
La compasión no tardó mucho en llegar y estando cerca de las reservas del jugo fermentado le dio una de las botellas más antiguas, sentía como aquella inocente y desgraciada joven temía de él, como parecía dispuesta a atacar cegada por el miedo
Sus ojos eran grandes y expresivos bajo todos los golpes y la suciedad de su rostro
Tras la pequeña conversación sintió un leve temor y miedo de que aquella mujer judía revelará su escondite, pero pensando se percató de que ni siquiera la dejarían opinar o hablar
Caminó hacia las escaleras donde se sorprendió de algo en el suelo, era un papel un poco mal escrito en hebreo con sangre, se encaminó a su escritorio y empezó a reescribir letra por letra las palabra escritas en verso
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Todavía seguían allí, reían mientras tomaban vino y cerveza en la sala
Entre las risas sus lágrimas se hicieron presentes, no tenía el valor de adentrarse a la habitación y simplemente mirar, era una simple y débil muchacha judía que no tenía control sobre sus acciones, más asesinar al hombre que hacía sufrir a su gente sería un poco mal pensado simplemente así como así
Tomo un cuchillo y mirándolo fijamente se percató de su reflejo, su rostro magullado, su labio inferior sangraba y uno de sus ojos tenía un notable color morado, rápidamente dejó el cuchillo en su lugar y con sus manos cubrió su fina y dañada piel
Su cabello largo ahora por su cuello, desearía tener una cabellera falsa para poder lucir la
Más fijándose en el menor de los alemanes mirándola con un rostro de alegría y confusión, se veía cansado y sediento, tomó el camino de vuelta a la encimera donde estaba antes y tomó un vaso para servirle agua, luego se fue
Un pensamiento invadió su mente, el hijo mayor no había salido en todo el día de su habitación, eso le preocupó y subió las escaleras para ir con el niño
Se acercó a la puerta y dio tres suaves golpes para luego de unos segundos girar la perilla y abrir la puerta, asomó su cabeza observando a aquel pequeño enrollado entre edredones y sábanas
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𝙹𝚞𝚐𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚊 𝚕𝚊𝚜 𝚎𝚜𝚌𝚘𝚗𝚍𝚒𝚍𝚊𝚜 《Countryhumans 》1939 - 1945
Hayran KurguLa inocencia a veces puede cegarnos dulcemente de lo que realmente está pasando