𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟸𝟷

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𝚃𝚞 𝚑𝚎𝚛𝚖𝚘𝚜𝚊 𝚜𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊

X de XXX del XXXX


En alguna parte de Europa, una niña caminaba por una larga pradera, corría y disfrutaba de la humilde primavera europea de la época. En ese momento, un gran hombre llegó tras ella, tomándola de la cintura, un hombre de musculatura notable, una alta estatura y con la cara tras un casco de un metal desconocido para la menor.

La niña se subió a sus hombros, el hombre caminó rápidamente a la cima de una colina, donde yacían más hombres y un caballero muy elegante que, cuando la menor lo vio, rápidamente le llamó "papá". Al parecer estaban teniendo un picnic, alrededor del padre de la menor se encontraban unas cuatro mujeres, a la niña al parecer no le afectaba, sólo comenzó a jugar con los demás hombres que habían como si fueran sus amigos.

De la nada, apareció una mujer, no era muy alta, pero tenía unas buenas proporciones, al verla, inmediatamente el hombre le ordenó que le llevase un té, la mujer se devolvió a donde había estado antes y la niña corrió tras ella y se aferró a la falda de su vestido.

- ¡Mamá! ¡Juguemos a un juego!

- ¿Uh? Ahora no cariño, debo llevar un té a papá...

- Aww... Pero nunca juegas conmigo yo le pediré a pa-

En ese momento, un grito enfurecido se escuchó en la lejanía

- ¡¿Dónde está mi té?!

Rápidamente la mujer corrió a buscarlo, dejando a la niña sola, esta se devolvió donde estaba y se sentó triste en el pasto

El sol comenzó a ponerse. En aquel amplio espacio todo estaba silencioso, una fuerte brisa golpeaba la ventana, produciendo un ruido atemorizante. Con algo de miedo y sus piernas temblando la niña se levantó de la cama, la luna iluminaba la habitación, dejando un pasillo lleno de luz que iluminaba hasta la puerta, se acercó a la puerta y la abrió. Los pasos lentos no se oían gracias a la gran alfombra, los pasos fueron cada vez más rápidos, las luces estaban encendidas por todo el pasillo, la sombra no era muy visible con tantas luces por todos lados, la distancia era notables, las puertas comenzaron a acercarse, sabía muy bien en cual debía entrar, su madre debía estar rezando a estas horas, se arrodillaría con ella frente a la cama para hablar con "papá Dios", a pesar de que a su padre no le gustaba que su madre le inculcara sus "estúpidas" creencias a ella realmente no le importaba las creencias de su madre, cuando quiso compartir algo con su madre se vio incluida en aquella religión que su padre odiaba

La puerta se hizo presente frente a su rostro, una gran puerta de madera, de color blanco y con adornos de oro, ¿realmente su madre merecía tan miserable puerta? Ella merecía más, entró algo temerosa, pidiendo perdón a Dios por haber llegado tarde a su conversación, la perilla se giró junto a sus ojos, un leve chirrido se escuchó y cerró sus ojos tratando de evitar el ruido y entró en la habitación.

Una sombra permanecía estática flotando sobre el suelo, el viento era suave ahora, sus manos se bajaron lentamente, apartando suavemente los dedos de la perilla, una suave y dulce brisa revolvió su cabello. Cayó fuertemente al suelo, produciendo un fuerte sonido. El viento comenzó a mover suavemente el cabello de quien era su madre, una cuerda se tensaba desde el techo hasta el cuello de su madre, su cabello era tan largo que llegaba a su cintura, tal vez era porque su cabeza estaba inclinada un poco hacia el frente

3 de Abril de 1945

Se despertó de un saltó, su respiración era pesada y entrecortada, la oscuridad de la habitación era notable. Allí, en medio de la habitación oscura y en el silencio de la noche Israel comenzó a llorar, los sueños dulces que solía tener no habían vuelto luego de un largo tiempo

Sintió un peso en sus piernas y con delicadeza bajó su cabeza, en su regazo estaba el pequeño alemán a quien con mucho cariño cuidaba, aún estaba dormido, pero su tranquilidad al dormir y su expresión inocente calmada la tranquilizó un poco. Limpió sus lágrimas e intentó volver a dormir, pero fue en vano, al cerrar los ojos sólo era testigo de los horrores que su mente almacenaba, una mujer de piel pálida y estatura baja colgaba del techo con una cuerda en su cuello. Comenzó a acariciar la cabeza de Alemania, eso le ayudaba un poco a calmarse, el primer día fuera del hospital se había convertido en una horrible noche. Continuó hablándose a sí misma en un tono bajo, casi inaudible, para no despertar al alemán

Las horas pasaron eternas y, muy pronto, el sol apareció en el cielo, la mujer no quería despertar al alemán, así que solo se vistió para el día  y salió de la habitación. En el piso de abajo se encontraban el inglés y el francés, era obvio lo que discutían, Israel no tomó demasiada importancia a sus palabras y se dirigió a la cocina, quería preparar el desayuno, pero tan pronto encendió la cocina alguien la abrazó por la espalda, volteó la mirada, asustada de quien la abrazaba de la nada, pero solo era América, quien quiso saludarla de esa manera tan inusual, los americanos son muy cariñosos a veces

- ¿Qué tal dormiste Issy? ¿Te gusta la casa?

Preguntó el americano en un tono alegre con una sonrisa de oreja a oreja

- Sí, dormí bien...

Contestó Israel, mintiendo, prefería mentirle antes de contarle sus problemas personales

El americano se separó de ella y se sentó detrás, en la mesa de la cocina, la judía no entendía el porqué no se iba pero tampoco le incomodaba su presencia, así que siguió cocinando. Un fuerte aroma a carne rodeó al americano

- ¿Carne para el desayuno?

- ¿Eh? Sí, es bueno iniciar el día con algo sabroso ¿no?

- Eso supongo... Oye Israel... ¿Quieres salir conmigo esta noche?

La judía se sonrojo un poco, no esperaba tal pregunta, asintió con la cabeza luego de unos segundos y siguió cocinando. Una hora después aproximadamente la joven mujer le sirvió a todos un plato de comida, pan recién horneado con carne frita y algunas verduras, todos comenzaron a comer en silencio, Francia, UK, USA, Canadá y la misma Israel comieron en la sala en total silencio, era un poco incómodo pero era mejor no hablar

Al terminar de comer todos volvieron a sus asuntos por lo que la judía cocinó un poco más para los niños cuando despertarán, algo simple para ellos. El americano agarró su brazo y comenzó a tratar de sacarla de la cocina para salir de la casa, pero la judía no se iría hasta terminar de preparar el desayuno.

𝙹𝚞𝚐𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚊 𝚕𝚊𝚜 𝚎𝚜𝚌𝚘𝚗𝚍𝚒𝚍𝚊𝚜 《Countryhumans 》1939 - 1945Donde viven las historias. Descúbrelo ahora