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- No pares...- sus labios se deslizaban por todo mi cuello, como amaba sentir sus labios en mi cuello. Sus manos se colaron por debajo de mis shorts pasando sus dedos por mi trasero- te necesito, te necesito ya.

Un estruendo me hizo despertar de un salto, mi respiración estaba agitada y las sábanas se adherían al sudor de mi piel, beomgyu no estaba a mi lado y mucho menos tenía su mano dentro de mis shorts. Sentía el calor de su boca palpar mi cuello, la fuerza de sus brazos arrastrarme a su pecho y cómo esa suave y tibia mano acarició mis partes.

No procesaba lo que había soñado, era tan jodidamente raro, claramente yo no deseo eso.

Me levanté de la cama aún aturdido, tomé una camisa del suelo y al momento de verme, era una camisa de beomgyu que me llegaba un poco más arriba de la rodilla, ignoré el hecho de que olía demasiado bien y salí de la habitación. Pude verlo en la cocina recogiendo el cajón de cubiertos, al parecer eso fue lo que me despertó. No podía evitar ver su atuendo, estaba en calzoncillos y con un mandil color rojo, ¿por qué hormonas? ¿Por qué ahora? Solo podía ver como sus bóxers apretaban su trasero cada vez que este se agachaba a recoger una cuchara.

- ¿Me estas viendo el trasero? - logró atraparme por el reflejo del horno que mostraba mi mirada a su retaguardia.

- No... yo estoy viendo las cucharas.

- Ya...¿cómo dormiste? - se acercó a la barra para verme, sus clavículas se marcaban por encima de la tela roja.

- Tuve un sueño muy raro...

- Dicen que los sueños son los deseos ocultos en nuestro subconsciente.

Solté una risa nerviosa mientras miraba a otra parte ocultando el rubor de mis mejillas.

- ¿Esa es mi camisa? - sonrió mientras intentaba verme por completo -Mi amor, luce tan linda en ti. ¿Tienes hambre?- asentí una vez y el se separó de mí, abrió la alacena y sacó una caja rosada. Salió de la cocina y me tomó por la cintura llevándome al sillón.- Cierra los ojos.

- ¿Qué es eso?

- Cierra los ojos y abre la boca, ya verás que te va a encantar.

Obedecí sus ordenes y cerré los ojos abriendo la boca, escuché cómo el envoltorio de algo era rasgado.

- No vayas a hacer trampa, eh.

Pude sentir el calor irradiar de su mano cada vez que se acercaba a mi boca, entró a mi boca aquella textura acaramelada y rasposa, la mastiqué y no dudé ni un segundo en saber que era una barrita de lucky charms.

- ¡Lucky Charms! - tomé la barra de su mano mientras el soltaba una linda risa, esta cosa era deliciosa -¿Los has probado?- pregunté ansioso.

- No, son muy azucarados...

- ¿¡Qué?! - lo estiré en su dirección -solo prueba un bocado.

- No, enserio, creo que contiene diabe...- pasé mis piernas a los costados de su cadera, paro de hablar y tragó en seco.

- Vamos, - tomé su mandíbula intentando tirar de ella hacia abajo pero incluso su mandíbula era demasiado fuerte - no vas a arrepentirte, lo juro.

- ¿Qué gano yo si acepto?- arqueó una ceja.

- Uhm.. .¿un beso en la mejilla?- sonrió.

- Quiero un beso en la mejilla y también quiero darte un beso en la mejilla. Ah, y por último quiero pasar todo el día contigo sentado en mi regazo viendo bob esponja - por alguna razón pasar el todo día con él no lucía una mala idea.

- Me parece bien.

Abrió su boca y mordió un pedazo de aquella barrita azucarada. Hizo un gesto de aprobación antes de señalar su mejilla con el dedo, deposité un beso y el giró la cara chocando así nuestras narices, se acercó dejando un beso en la comisura de mis labios, envolvió mi cuerpo en sus brazos después de sentarme sobre él.

- Te amo, mi amor.

- Te quiero beomgyu

Kindappe • 𝗯𝗲𝗼𝗺𝗵𝘆𝘂𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora